Representantes de Estados Unidos y China han concluido este viernes unas primeras conversaciones en Anchorage, Alaska, que han sido «duras y directas», según la parte estadounidense, mientras la parte china ha considerado que el diálogo ha sido «útil y constructivo» y ha subrayado que ambos países deben evitar el conflicto y «avanzar la relación por un camino sólido y estable».
El secretario de Estado, Antony Blinken, ha incidido en que tras «varias horas» hablando con las autoridades chinas, «ciertamente sabemos y sabíamos que hay varias áreas en las que estamos fundamentalmente en desacuerdo», entre las que se encuentran «las acciones de China en Xinjiang, con respecto a Hong Kong, Tíbet, cada vez más Taiwán» o «las acciones que se toman en el ciberespacio».
«Y no es de extrañar que cuando planteamos esos problemas de manera clara y directa, obtuvimos una respuesta defensiva», ha subrayado el secretario, quien, no obstante, ha señalado a que también tuvieron una «conversación muy sincera durante muchas horas sobre una agenda expansiva». «En Irán, en Corea del Norte, en Afganistán, en el clima, nuestros intereses se cruzan», ha indicado en este sentido.
«Sobre economía, comercio y tecnología, les dijimos a nuestros homólogos que estamos revisando estos temas en estrecha consulta con el Congreso, con nuestros aliados y socios. Y seguiremos adelante, de una manera que proteja y promueva plenamente los intereses de los trabajadores y nuestras empresas», ha agregado.
Asimismo, el responsable del Departamento de Estado ha señalado que Estados Unidos tenía dos objetivos con las reuniones, «compartir» con las autoridades chinas «las preocupaciones importantes» sobre «una serie de acciones que China ha tomado», y «exponer muy claramente» las políticas, prioridades y visión del mundo de Estados Unidos. «Y lo hicimos», ha recalcado sobre ambos.
Por otro lado, el consejero de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, ha tildado las conversaciones de «duras y directas» sobre una «amplia gama de temas». Asimismo, ha avanzado que continuarán consultando con sus aliados y socios «el camino a seguir» y «sobre cuestiones que van desde Irán hasta Afganistán a través de los canales diplomáticos habituales», así como se trabajará con China «en el futuro».
CHINA PIDE EVITAR CONFLICTO
Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores, Yang Jiechi, ha descrito el diálogo con Estados Unidos como «sincero, constructivo y útil», aunque con «diferencias importantes».
Yang ha incidido en que el diálogo es «propicio» para mejorar el entendimiento mutuo y ha ahondado en que China espera que las dos partes fortalezcan la comunicación, el intercambio y el diálogo en varios campos.
Según el ministro de Exteriores chino, Washington y Pekín debe manejas sus relaciones evitando el conflicto y la confrontación, abogando por el «respeto mutuo y la cooperación en beneficio mutuo», para «avanzar así en una relación bilateral por un camino sólido y estable», según informa la agencia de noticias Xinhua.
Yang ha apostado así por el «diálogo» con «respeto mutuo» y la búsquedad de puntos en común mientras se reservan diferencias.
No obstante, ha recalcado a Estados Unidos que la soberanía y la integridad territorial son cuestiones importantes y ha hecho hincapié en que la parte estadounidense no debe subestimar la determinación de China de salvaguardar su soberanía, seguridad y los intereses de desarrollo.
China ha expresado así su «esperanza» de diálogo sobre la «base» de que las dos partes respeten los intereses fundamentales y principales preocupaciones de la otra parte.
Blinken y Sullivan se han reunido durante dos días con sus homólogos Yang Jiechi, y el consejero de Estado, Wang Yi, en lo que ha sido la primera reunión de alto nivel celebrada por la Administración de Joe Biden y Pekín, y cuyo desarrollo ha estado marcado por los reproches y roces por ambas partes.
La primera de las citas resultó ser mucho más hostil de lo que se esperaba en un principio, remarcaron los medios estadounidense. Al finalizar esta, Blinken censuró a China por «violar las normas internacionales en su represión contra los uigures y otras minorías, los ataques cibernéticos contra Estados Unidos y la coerción económica», mientras por la otra parte, Yang se opuso «firmemente a la interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de China».
No obstante, ambos países acudían a la cita con miras a intentar apaciguar la tensión que ha caracterizado su relación los últimos años, aunque días antes del encuentro Estados Unidos impuso sanciones contra China por la represión sobre las libertades políticas en Hong Kong.