En la obra “Aprender y no olvidar. Reflexiones acerca de los desastreses” de carácter rnultidisciplinar, han participado 13 autores, pertenecientes a distintos ámbitos, como la biología, la economía, la filosofía, la física, la historia, la medicina, el periodismo, la psicología y la sociología. Sus autores han escrito uno o varios capítulos relacionados con su especialidad y, entre ellos está el ayer cantautor y ahora Doctor en Psicología, director de la revista científica “Análisis y Modificación
de Conducta”, Paco Revuelta..
Los criterios generales en su desarrollo han sido, en primer lugar, una descripción, desde cada disciplina concreta, de lo que han supuesto los desastres, sean naturales o no, para la humanidad. Por ello, se han abordado pandemias, guerras, cambio climático, crisis económicas, etc., aportándose datos de investigaciones, condiciones previas que han influido en su desencadenamiento y consecuencias, antecedentes históricos similares, comportamientos surgidos, decisiones tomadas, así como otros aspectos que contribuyen a un mejor conocimiento y entendimiento de los hechos. En definitiva, todo aquello que ayude a situar, lo más objetivamente posible, lo que haya ocurrido, su evolución y sus repercusiones.
En segundo lugar, se han efectuado análisis críticos con el objetivo de que captenlo que debemos aprender de cada catástrofe a cualquier nivel, sea personal, social o político, tales como la experiencia habida, los efectos en la salud, los fallecimientos, las secuelas, los confinamientos, las restricciones y limitaciones a las libertades, las reacciones de los gobiernos, la presión asistencial, los daños en las economías, etc., aspectos que servirán para la prevención de desastres o para afrontarlos de la manera más eficiente que se pueda en caso de que sucedan.
Y, en tercer lugar, dada la tendencia natural que tenemos a no recordar todo lo vivido, se resalta por parte de los autores qué es lo que no debemos olvidar, estableciéndose algunas prioridades. Es evidente que el ser humano se caracteriza por aprender, pero también por olvidar; lo cual, en principio, no es intrínsecamente negativo, pues no sería saludable acordarse de todas las situaciones experimentadas en todos sus detalles. Lo que sí se debe hacer es ser selectivo con lo que se ha retener, determinar qué debernos tener siempre en la conciencia para prevenir y paliar los desastres. Se intenta, asimismo, hacer un poco de prospectiva para conocer qué hemos de modificar y en qué hemos de ir trabajando ya. Lamentablemente, no todos los aprendizajes necesarios adquiridos permanecen. Aquí se muestran recomendaciones y propuestas dirigidas a los gobiernos, a las sociedades y a los ciudadanos. En todos los capítulos, los autores procuran transcender su marco disciplinario, sin renunciar a él, para aportar una mayor riqueza de ideas y de reflexiones.