El Sindicato de Enfermería (Satse) ha trasladado a la ministra de Sanidad, Carolina Darias, un documento con más de 100 medidas y actuaciones para acabar con las «desorbitadas» listas de espera, un problema que se ha visto agravado con la pandemia de Covid-19.
En primer lugar, Satse propone la puesta en marcha de un ‘Plan de choque’ con una duración de, al menos, un año, y con actuaciones concretas, como generalizar un horario normalizado de atención por la tarde (de 15.00 a 22.00 horas), de lunes a domingo; garantizar la disponibilidad de todas las camas que se pueden ocupar en los hospitales, y establecer de manera normalizada las altas de ingresos hospitalarios por parte del personal médico, todos los días de la semana, y, al menos, de 9.00 a 22.00 horas.
Asimismo, Satse plantea la instauración de la consulta de alta resolución/acto único, para evitar las múltiples citas de un mismo usuario hasta completar la realización de un diagnóstico o una intervención; un control efectivo de las agendas y citas en consulta; establecer un circuito diferenciado en consultas y quirófano con personal adicional y horario independiente, e implementar una adecuada digitalización de la historia clínica y una correcta coordinación de las herramientas informáticas para lograr un seguimiento compartido y coordinado.
Por otro lado, el Sindicato subraya la necesidad de impulsar el desarrollo de protocolos de actuación conjunta entre Atención Primaria y Especializada en procesos asistenciales de elevada prevalencia, procesos de derivación y en aquellos que generan mayores demoras en consultas especializadas y/o pruebas diagnósticas/terapéuticas.
«Hay que racionalizar la petición de pruebas diagnósticas, así como permitir que la enfermera de Atención Primaria solicite, bajo protocolo consensuado, las pruebas complementarias básicas necesarias para una primera consulta especializada y, de esta manera, poder agilizar el proceso asistencial», apunta Satse.
HOSPITALIZACIÓN DOMICILIARIA
Además de la modernización del equipamiento e infraestructuras existentes, el Sindicato considera «muy necesario» potenciar los centros de especialidades y la hospitalización domiciliaria, apostando por la figura de la enfermera como líder en los cuidados domiciliarios, así como optimizar del uso de las salas quirúrgicas de urgencias y la protocolización de altas en las salas de reanimación.
Según Satse, las enfermeras y fisioterapeutas «pueden y deben» jugar un papel clave en la disminución de las listas de espera. Para ello, y entre otras medidas, se apuesta por implementar la figura del coordinador y responsable de Enfermería de las listas de espera quirúrgicas, de consultas externas y pruebas diagnósticas, y reforzar la figura de la enfermera de Admisión.
Otras actuaciones propuestas son implementar la figura de la enfermera coordinadora de las consultas de alta resolución/acto único; impulsar la colaboración de Enfermería, a través de la creación de unidades de acceso vascular, e incrementar la realización programada de Cirugía Menor para Enfermería, tanto en Atención Especializada como en Atención Primaria.
En lo que respecta a los fisioterapeutas, resulta «esencial» incrementar su presencia en Atención Primaria y Atención Especializada, según apuntan desde el Sindicato. Este profesional ayuda a mejorar la calidad de vida de aquellos pacientes que se encuentren en lista de espera quirúrgica y disminuye los tiempos de los postoperatorios y de ingresos hospitalarios, generando más camas libres, subraya Satse.
CONTROL Y SEGUIMIENTO
De otro lado, para Satse, hay que propiciar un control exhaustivo y detallado de la actividad asistencial desarrollada en cada jornada, tanto de mañana como de tarde y de lunes a domingo, en cuanto al número y tipo de procesos concretos abordados por cada especialidad médica, en lo referente, al menos, al área quirúrgica y al de consultas externas.
La regulación de la actividad privada y la mejora en la inspección resulta «fundamental», según el Sindicato. En la actualidad, no existe un sistema de vigilancia y seguimiento para impedir que los intereses propios de la actividad privada no interfieran en la obligada dedicación y eficiencia en su actividad pública.
Ante esta realidad, Satse propone que el incumplimiento de las condiciones de compatibilidad autorizada se sancione según se determine reglamentariamente. Además, han de evitarse los conflictos de intereses que podrían darse cuando el profesional llevase a cabo conductas presuntamente poco éticas que repercutirían en el funcionamiento del sistema público, como podría ser la de «derivar» pacientes desde la sanidad pública a un centro sanitario privado.
También debe evitarse la práctica de desviar pacientes desde unidades y consultas del sistema sanitario público a los programas de auto concertación o, por otro lado, a los centros concertados en la sanidad privada para la reducción de las listas de espera. Por ello, otra de las medidas propuestas por Satse es instar a los centros a realizar una auditoría independiente de forma anual para evitar presuntas malas prácticas de forma que se garantice la transparencia de las listas de espera.