Iberdrola ha recibido la declaración de impacto ambiental final para su ‘megaparque’ eólico marino ‘Vineyard Wind 1’, que con una potencia de 800 megavatios (MW) será el primer proyecto a gran escala de esta tecnología en Estados Unidos.
En concreto, esta declaración de la Oficina de Administración de Energía Oceánica (BOEM, por sus siglas en inglés) para el proyecto es el paso final antes de la última aprobación requerida para que comience la construcción del parque, indicó Avangrid, la filial estadounidense de Iberdrola.
De esta manera, el Gobierno del nuevo presidente Joe Biden acelera un proyecto que es clave para el desarrollo de la eólica marina en el país. Con este nuevo paso dado en la tramitación, el permiso final para el parque eólico marino estará en un plazo de un mes.
El proyecto, cuya inversión prevista asciende a unos 2.800 millones de dólares (unos 2.400 millones de euros), pertenece a Vineyard Wind, la sociedad participada por Avangrid y Copenhagen Infrastructure Partners (CIP).
El consejero delegado de Avangrid, Dennis V. Arriola, destacó que con esta autorización se está «un paso más cerca de realizar este histórico proyecto de energía limpia y entregar energía limpia rentable, miles de empleos y miles de millones de dólares en beneficios económicos para Massachusetts».
«La revisión exhaustiva por el BOEM de Vineyard Wind 1 garantiza que tanto el proyecto como la industria eólica marina estén bien posicionados para el éxito a largo plazo», añadió.
Esta declaración es un estudio integral realizado por la Administración estadounidense para evaluar los impactos ambientales potenciales del proyecto propuesto.
ESTAR OPERATIVO EN 2023.
Con la emisión de la declaración de impacto, Vineyard Wind confirmó que el proyecto sigue en el camino para alcanzar el cierre financiero en la segunda mitad de este año y comenzar a entregar energía limpia a Massachusetts en 2023.
Localizado a 15 millas de la costa de Martha’s Vineyard, será el primer parque eólico marino a gran escala en los Estados Unidos y suministrará suficiente electricidad para abastecer a más de 400.000 hogares y empresas de la Commonwealth de Massachusetts y creará 3.600 horas de trabajo equivalentes a tiempo completo (ETC).
Asimismo, reducirá las tarifas de electricidad en 1.400 millones de dólares (unos 1.175 millones de euros) en sus primeros 20 años de operación, y se espera que reduzca las emisiones de carbono en más de 1,6 millones de toneladas por año.
Adjudicado en 2018, el parque eólico marino de ‘Vineyard Wind 1’ en un principio estaba previsto que estuviera operativo en 2022, aunque el bloqueo en los permisos medioambientales con que se topó con la Administración Trump hicieron que registrara retrasos en su calendario.
A finales de febrero, con motivo de la presentación de resultados de 2020, el presidente de Iberdrola, Ignacio Sánchez Galán, ya destacó que el cambio en la Administración de Estados Unidos, con la llegada de Joe Biden, había «acelerado» el desarrollo de instalaciones marinas, bloqueado en la última parte del Gobierno de Donald Trump.
«Tienen objetivos ambiciosos y estamos llevando negociaciones con la Administración, ya que son conscientes de que tienen que permitirnos trabajar para acelerar estos proyectos», dijo.
Además, valoró que se elevaran los créditos fiscales (ITC, por sus siglas en inglés) para el proyecto de ‘Vineyard Wind 1’ del 18% previsto al 30%, y pidió «mayor visibilidad» para estos créditos.
APUESTA POR LA EÓLICA MARINA EN EEUU.
Además de este parque eólico marino, Iberdrola es socio de ‘Park City Wind’, un proyecto de 800 MW en aguas del Estado de Connecticut , así como en áreas de arrendamiento adicionales frente a las costas de Massachusetts y Rhode Island para entregar hasta 3.500 MW.
Asimismo, la filial de la energética en Estados Unidos también está desarrollando ‘Kitty Hawk’, que tiene un potencial de 2.500 MW en aguas de Virginia y Carolina del Norte.