La pandemia del covid ha tenido muchas consecuencias físicas y psicológicas para todas las personas alrededor del mundo. A pesar de esto, uno de los grupos más afectados fueron los niños, puesto que se encuentran en un momento crucial de su desarrollo.
Por esa misma razón, hay que tener varias precauciones en cuenta para mitigar muchos de los efectos negativos del aislamiento para garantizar su salud emocional. Susana Ortego, directora educativa de la escuela infantil bilingüe Madrid Brains Nursery, formula una serie de consejos enfocados en el balance entre el trabajo remoto, gestionar sus espacios de ocio y su regreso a socializar en la escuela.
La importancia de volver a integrar socialmente a los niños
Uno de los problemas más grandes que trajo consigo la pandemia, además de la pedagogía infantil, son las dificultades que tienen los niños de esta generación para entablar relaciones sociales. Sobre todo en el periodo de entre 0 a 6 años, los pequeños están en una parte crucial de su crecimiento en el que asistir a una escuela les facilita entablar relaciones con otras personas de su misma edad.
Sin embargo, al tener que pasar sus primeros años educativos en aislamiento y en casa, muchos de estos niños estuvieron encerrados en sus casas y pasaron más tiempo utilizando herramientas tecnológicas o con adultos que relacionándose con otros niños y niñas. Por esa razón, es fundamental, según las recomendaciones de Susana Ortego, crear estrategias de enseñanza que vayan ligadas con una perspectiva social que haga que esta generación de pequeños puedan recuperar el tiempo perdido.
La importancia de confiar en los educadores
Los profesores de niños entre 0 y 6 años también tuvieron una de las cargas más difíciles de llevar en medio de la pandemia, ya que tuvieron que idear nuevas estrategias de enseñanza para poder transmitir el conocimiento a los niños mediante una pantalla y/o ser apoyo para las familias. Esto no fue nada fácil, ya que había muchos elementos distractores a mano que dificultaban establecer la conexión que necesitaban con sus estudiantes y familias.
Por esa razón, según Ortego, la resocialización en las escuelas debe ir de la mano de la confianza en la generación de educadores que tuvo que cambiar completamente su dinámica de enseñanza para así dar una respuesta más óptima con perspectiva social. Asegura que «así el liderazgo y reconocimiento del docente y su gran labor se ha ganado o recuperado. En la etapa infantil, el educador/a que buscan las familias es un líder experto en estas edades que con criterio, conocimiento y firmeza les guíe en el cuidado y atención a sus hijos».
Estos dos años de aislamiento han demostrado la importancia social que tiene la educación de los hijos, sobre todo en las edades tempranas. Desde la escuela infantil Brains Nursery, representada por su directora educativa Susana Ortego, saben exactamente qué aspectos deben estimular para enfrentar a los niños y niñas escolarizados a un mundo global, gracias en gran parte a sus más de 40 años de experiencia en la educación y cuidado de los más pequeños. En sus propias palabras, «priorizan atención, cariño y profesionalidad, asumiendo un papel determinante en la educación emocional de los niños de 0 a 6 años».