La reforma laboral y la pandemia, entre otros factores, han provocado una reducción de la movilidad laboral entre puestos de trabajo y una menor duración de los contratos indefinidos, pese a que éstos han ganado terreno a los contratos temporales, según el Índice de Dinamismo Laboral elaborado anualmente por Cegid y el IESE.
Este informe, que analiza los movimientos producidos en la fuerza laboral en España a partir de los datos de 80.500 trabajadores de 243 empresas, arroja un descenso del indicador de dinamismo laboral de 1,5 puntos desde el pasado mes de abril.
Según IESE y Cegid, este cambio de tendencia experimentado en los últimos seis meses puede deberse a distintas causas, entre ellos la influencia de la reforma laboral en la rotación de las plantillas y la ralentización del crecimiento económico en España.
El despliegue de la reforma laboral (plenamente vigente desde marzo) ha coincidido en el tiempo con la aceleración de la inflación, las medidas para combatirla de los bancos centrales y la incertidumbre provocada por la situación política internacional.
El estudio constata que con la puesta en marcha de la reforma laboral, el volumen de contratos indefinidos ha pasado a representar casi el 70% del total y «con tendencia creciente», frente a lo que sucedía desde principios de 2018 y hasta finales de 2021, cuando el 90% de los nuevos contratos firmados eran temporales.
Al mismo tiempo, los contratos fijos y fijos a tiempo parcial aumentaron «significativamente» durante 2022, frente la caída de los contratos temporales y temporales a tiempo parcial.
SE REDUCE LA ESTABILIDAD DE LOS CONTRATOS INDEFINIDOS
Ahora bien, el estudio también destaca que mientras entre 2018 y 2021 las bajas de contratos temporales suponían el 75% de todas las extinciones contractuales, en septiembre de 2022 éstas afectaban en la misma medida a contratos fijos y temporales.
«Por tanto, parece que la estabilidad de los contratos fijos se ha reducido, sugiriendo la posibilidad de que ahora éstos sean utilizados para contrataciones de corta duración», apuntan los autores del informe.
Así, aunque el mercado laboral es ahora más estable, con menos rotaciones entre puestos de trabajo, IESE y Cegid advierten de que la reforma laboral «no está convirtiendo relaciones laborales que eran temporales en fijas con las características de estabilidad de éstas últimas». «Parece que los contratos fijos son ahora más habituales, pero menos estables que antes de la reforma laboral», apunta el informe.
De hecho, según Marta Elvira, profesora de IESE Business School, aunque la reforma laboral ha propiciado que los contratos fijos y fijos a tiempo parcial sean los más utilizados para las nuevas contrataciones, los datos detallados a nivel de empresa «sugieren que la antigüedad media de los contratos fijos ha disminuido». «Habrá que evaluar cuidadosamente si el cambio en la naturaleza de los contratos corresponde en el largo plazo a una mayor estabilidad para los trabajadores», ha añadido.
En la misma línea, Maria José Fraile, directora de Recursos Humanos de Cegid Iberia y Latam, subraya que, con independencia del modelo de contratación fijo/temporal, «existe una tendencia a realizar contratos que de una manera y otra tienen una duración determinada y no de larga duración».
Respecto a la variación en el tamaño de las empresas experimentado en el último semestre del año, el informe señala que la pandemia y la reforma laboral no han tenido un efecto a medio plazo sobre el tamaño de las compañías, pero sí que ha influido en una menor rotación de las plantillas.