La Federación de Industria, Construcción y Agro de UGT ha exigido condiciones «dignas y seguras» para los temporeros que se desplazarán durante estas semanas a distintas provincias españolas en un contexto marcado por la alta incidencia en contagios de la pandemia del coronavirus.
En concreto, el sindicato considera que las administraciones públicas deben «vigilar y garantizar» que la precarización de las condiciones de trabajo que se repiten cada año durante estas campañas «no se repitan», y que los temporeros que se desplazan desde otras comunidades o los inmigrantes que acuden desde otros países puedan llevar a cabo su trabajo en condiciones de seguridad y cumpliendo los protocolos que establecen las autoridades sanitarias.
De esta forma, reclama al Gobierno y a las distintas comunidades autónomas, ayuntamientos y patronales que faciliten el alojamiento de los trabajadores desplazados en establecimientos como albergues, hostales u hoteles para garantizar la salud y seguridad de los trabajadores, que son «vitales» para el abastecimiento de la ciudadanía, así cómo un transporte seguro hasta las explotaciones agrarias.
El sindicato ha recordado que las exportaciones agroalimentarias españolas crecieron entre enero y septiembre de 2020, en un 5,8% a pesar de los efectos de la pandemia, por lo que desde UGT reclaman «condiciones dignas y seguras» para estos trabajadores.
El secretario sectorial Agrario y de Manipulado Hortofrutícola de UGT FICA, Emilio Terrón, ha insistido en denunciar que «buena parte de los empresarios agrícolas españoles prefieren contratar trabajadores inmigrantes antes que mano de obra autóctona, ofreciéndoles peores condiciones laborales y salarios más bajos».
Terrón ha criticado que las administraciones «se han demostrado incapaces de cubrir la demanda de empleo agrario a pesar de que muchos trabajadores y desempleados se inscriben en las oficinas para trabajar en el campo».
El sindicato denuncia que solo en Andalucía, más de 8.000 trabajadores siguen esperando a ser llamados para un contrato de trabajo, mientras se contrata a trabajadores inmigrantes en condiciones de enorme precariedad y salarios por debajo del salario mínimo interprofesional (SMI).
A este respecto, Terrón insiste en exigir a la patronal que aplique el SMI a todos los trabajadores del campo, tal y como ocurre en el resto de sectores productivos, con independencia de la región donde se ubican las explotaciones agrarias y el país de origen del temporero, así como unas condiciones laborales «dignas y seguras» antes de reclamar más ayudas comunitarias.