El abogado británico Karim Khan ha sido elegido este viernes nuevo fiscal jefe del Tribunal Penal Internacional (TPI) en una votación llevada a cabo en la Asamblea de Estados Parte en la que se ha impuesto al irlandés Fergal Gaynor y al español Carlos Castresana.
Khan se ha impuesto con 72 votos a favor tras una primera ronda fallida en la que obtuvo 59 apoyos, a tres del mínimo necesario. El 16 de junio tomará las riendas de la Fiscalía del TPI para un mandato de 9 años, convirtiéndose en su tercer jefe, después del argentino Luis Moreno Ocampo y de la gambiana Fatou Bensouda.
Entre los expedientes que podría heredar figuran las denuncias por los presuntos crímenes de lesa humanidad cometidos en Venezuela –unos atribuidos al presidente, Nicolás Maduro, y otros a las sanciones internacionales–, la guerra contra las drogas en Filipinas, Afganistán o Palestina.
Khan, secretario general adjunto de Naciones Unidas, ha dirigido equipos legales para investigar crímenes contra la humanidad y de guerra cometidos en Irak por Estado Islámico.
Los pasillos del TPI no le son ajenos pues ha representado a la defensa de varias personalidades, como a la del actual vicepresidente de Kenia, William Ruto, o la de Saif al Islam Gadafi, uno de los hijos del líder libio Muamar Gadafi, así como ha trabajado en otros casos relacionados con la antigua Yugoslavia o Sudán.
Gaynor obtuvo finalmente 42 votos, mientras que Castresana, considerado la tercera vía ante el intenso debate en torno a los dos favoritos, logró cinco apoyos, después de que alcanzara la docena en la primera votación.
HRW VALORA LA ELECCIÓN DE KHAN
El director de Justicia Internacional de la ONG Human Rights Watch (HRW), Richard Dicker, ha aseverado que la elección de Kahn se produce en un momento en el que el TPI «es más necesario que nunca», pero que «ha enfrentado importantes desafíos y presiones en su papel».
«Esperaremos que Khan aborde las deficiencias en el desempeño del tribunal, al mismo tiempo que demostraremos una firme independencia en la búsqueda de justicia para hacer responsables incluso a los abusadores de derechos más poderosos», ha añadido.
Según la ONG, Khan tendrá que «lidiar» con una «considerable carga de trabajo a la luz del fracaso de algunos países miembros en reconocer la necesidad de recursos adicionales».
Por otro lado, la organización ha recordado que el proceso para elegir al fiscal jefe «se vio empañado por informes de gobiernos que presionaron a los candidatos» y «una falta de investigación profesional para evaluar el alto carácter moral» de los mismo.
En este sentido, HRW ha reclamado que para futuras elecciones del TPI se debe «priorizar el establecimiento de un mecanismo para garantizar el manejo profesional de la investigación de antecedentes».
Por otro lado, ha recordado que la elección de Khan sigue a un período de «intensa presión» por parte de Estados Unidos que «impuso congelaciones de activos y prohibiciones de entrada en un intento por frustrar las investigaciones que podrían analizar la conducta de ciudadanos estadounidenses e israelíes».
«Aunque la Administración de Joe Biden indicó que podría reanudar la colaboración con el TPI en casos excepcionales, aún tiene que rescindir la orden ejecutiva que sustenta sanciones», ha agregado sobre los retos de futuro del nuevo fiscal.
De este modo, Dicker ha incidido en que espera que Khan esté «a la altura del desafío» ya que «abordar los obstáculos que enfrenta es la única manera de generar apoyo entre todas las partes interesadas».