La banca de Estados Unidos tendrá que afrontar una recesión que dure hasta el cuarto trimestre de 2022 y un nivel de paro que supere el 10% para superar los test de estrés que ha preparado la Reserva Federal para este año, según ha informado el organismo este viernes.
El organismo, encargado de la supervisión bancaria además de la política monetaria, examinará a los 19 mayores bancos del país. Las entidades más pequeñas se someten a los test de estrés en periodos de dos años, aunque para estas pruebas pueden decidir sumarse si así lo consideran.
En concreto, la Fed examinará a Bank of America, Bank of New York Mellon, Barclays, Capital One Financial, Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank, Goldman Sachs, HSBC, JPMorgan Chase, Morgan Stanley, Northern Trust, PNC Financial, State Street, TD Group, Trust Financial, UBS, Bancorp y Wells Fargo. La filial estadounidense de Banco Santander no está incluida en el grupo de grandes entidades, por lo que su participación en estas pruebas es opcional.
«El sector bancario ha proporcionado un apoyo crítico a la recuperación económica durante el pasado año. Aunque la incertidumbre permanece, este test de estrés dará al público información adicional sobre su resiliencia», ha subrayado el vicepresidente de la Fed encargado de la supervisión bancaria, Randal Quarles.
El escenario adverso al que tendrán que hacer frente los bancos está caracterizado por una «severa» recesión global, acompañada de un periodo de elevado estrés en los mercados inmobiliario y de deuda corporativa.
En lo referente al panorama macroeconómico, este escenario contempla que la tasa de paro de Estados Unidos escale hasta el 10,75% en el tercer trimestre de 2022, lo que supone un incremento de cuatro puntos frente al cierre del cuarto trimestre de 2020. De su lado, el producto interior bruto (PIB) real se contraerá un 4% desde finales de 2020 y el tercer trimestre de 2022.
Asimismo, el simulacro de la Fed también incluye una profunda caída de los precios de los activos. La cotización de las acciones caerá un 55% y los precios de los inmuebles se contraerán un 23,5%.
De esta forma, las pruebas de esfuerzo que plantea la Fed para este año son ligeramente menos negativas que las que tendrán que afrontar los bancos europeos para superar los test de la Autoridad Bancaria Europea (EBA). El escenario del regulador europeo asume una recesión que dure hasta 2023 y que los mercados financieros se hundan entre un 50% y un 65%.