El Brexit desenchufa a la música británica

Por Silvano Rosas

Desenchufar, desconectar, apagar, aislar, en resumen: Brexit. Para muchos artistas británicos, el continente europeo, siempre ha sido un terreno fértil para sus propuestas musicales y artísticas, a la vez que una oportunidad de poder conocer diversas culturas, idiomas, paisajes y climas en un espacio geográfico cercano, y relativamente pequeño en comparación con Asia y América. Europa siempre ha sido esa ventana por la que mirar para ampliar conocimientos y buscar aquella actualización de tendencias que en ocasiones los británicos, sobre todo después de la segunda guerra mundial, no tenían acceso de forma mayoritaria.

Muchos músicos nativos del Reino Unido que hoy son leyenda sintonizaban en su juventud Radio Luxemburgo casi como una obligación para poder escuchar el blues que luego ellos mismos versionaban y vendían al resto del mundo. Solamente hay que ir al sonido de los primeros años sesenta en la Inglaterra del «Black Country» y encontrar la prueba irrefutable en aquel sonido con olor a carbón.

Desde el 31 de enero de 2020, la oscura sombra del Brexit y la realidad de una salida de Europa con traumática transición hacen muy cuesta arriba la posibilidad de ver a artistas británicos trabajando en suelo continental. El gobierno británico ha rechazado una propuesta de la Unión Europea para otorgar un visado especial para músicos del Reino Unido, alegando que esa reciprocidad les obligaría a permitir la libre circulación de europeos en su territorio. Y aunque en este momento ambas partes se culpan una a la otra por tales afirmaciones, la realidad es que la falta de un acuerdo explícito en esta materia deja a los músicos británicos en situación de parada técnica.