El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha hablado por primera vez desde que asumiera el cargo con su homólogo chino, Xi Jinping, a quien ha reafirmado su prioridad de proteger «la seguridad, la prosperidad, la salud y el estilo de vida del pueblo estadounidense», y de «preservar un Indo-Pacífico libre y abierto».
En un comunicado de la Casa Blanca, la Administración Biden ha confirmado la llamada telefónica, en la que el líder ha subrayado «su preocupación fundamental por las prácticas económicas coercitivas e injustas de Pekín».
También ha mostrado disconformidad ante Xi por «la represión en Hong Kong, los abusos de los Derechos Humanos en Xinjiang y las acciones cada vez más asertivas en la región, incluso hacia Taiwán».
Ambos mandatarios han intercambiado puntos de vista sobre la lucha contra la pandemia de la COVID-19, reseña el comunicado, así como los «retos comunes de la seguridad sanitaria mundial, el cambio climático y la prevención de la proliferación de armas».
Por su parte, Biden se ha comprometido a mantener «compromisos prácticos y orientados a los resultados cuando ello favorezca los intereses del pueblo estadounidense» y los de sus aliados.
Biden también ha aprovechado para «compartir sus saludos y buenos deseos con el pueblo chino» con motivo del Año Nuevo Lunar.
La Administración Biden está revisando «a fondo» la posición adoptada por su predecesor, Donald Trump, en referencia a China, incluida su represión contra las prácticas comerciales desleales y las actividades militares antagónicas en Asia, según ha resaltado una fuente familiarizada con el asunto a CNN.
Este miércoles, Biden ha anunciado que el Departamento de Defensa ha establecido un grupo de trabajo centrado en la estrategia de Estados Unidos hacia China.
EEUU DEBE «RESPETAR LOS INTERESES FUNDAMENTALES DE CHINA»
Por su parte, Xi ha urgido a Biden a «respetar los intereses fundamentales de China y abordar esos problemas con prudencia».
En este sentido, el presidente chino ha advertido a su homólogo que «las cuestiones relativas a Taiwán, Hong Kong y Xinjiang son asuntos internos de China que conciernen a la soberanía e integridad territorial de China».
Xi también ha añadido que «trabajando juntos, China y Estados Unidos pueden traer beneficios para las dos naciones y el mundo. La confrontación entre ambos sería, con toda seguridad, una catástrofe para ambos y para el mundo», según recoge el canal de televisión CGTN.