La consultora y correduría de seguros Willis Towers Watson se anotó un beneficio neto atribuido de 996 millones de dólares (823 millones de euros) en el conjunto de 2020, lo que equivale a una caída del 4,6% en comparación con el año anterior, según las cuentas anuales que ha publicado este martes la compañía.
La facturación de la empresa, que todavía está a la espera de que las autoridades de Competencia resuelvan su adquisición por parte de Aon, alcanzaron los 9.352 millones de dólares (7.724 millones de euros), un 3,5% más. Por segmentos de negocio, la división de capital humano y beneficios cerró el año con unos ingresos de 3.278 millones de dólares (2.707 millones de euros), un 1% menos.
De su lado, el área de riesgo corporativo y correduría se situó en 2.977 millones de dólares (2.459 millones de euros), al tiempo que la rama de inversiones, riesgos y reaseguros creció un 1%, hasta 1.651 millones de dólares (1.364 millones de euros. El segmento de administración y cumplimiento de beneficios repuntó un 31%, hasta 1.359 millones de dólares (1.122 millones de euros).
Los costes de personal en el conjunto de 2020 supusieron un coste de 5.507 millones de dólares (4.548 millones de euros), un 4,9% más que en el año anterior, mientras que el resto de gastos operativos se elevó un 2,2%, hasta 1.758 millones de dólares (1.452 millones de euros). El impacto de la depreciación fue de 308 millones (254 millones de euros), mientras que el de la amortización ascendió a 462 millones (382 millones de euros).
Entre octubre y diciembre, el beneficio neto atribuido de la consultora fue de 476 millones de dólares (393 millones de euros), un 12,5% menos que en el cuarto trimestre de 2019, tras un incremento del 2,8% de la facturación, hasta 2.764 millones de dólares (2.283 millones de euros).