Un hotel Passivhaus con forma de cabaña y diseño nórdico en pleno corazón de Europa

Por Redacción

Alsacia ha sido una de las regiones europeas que con mayor intensidad ha vivido la historia europea de los últimos tres siglos. Esta región, que hoy forma parte de Francia, situada junto a la frontera con Alemania y Suiza, ha sido objeto de deseo de unos y otros, y fuente de conflictos, en especial entre Francia y Alemania. Hoy, es sede oficial de una de las más importantes instituciones de la Unión Europea: el Parlamento Europea.

Sin embargo, muy cerca de allí, existen muchos lugares que han hecho de la paz y la tranquilidad su principal atractivo. Por ejemplo, muy cerca de Estrasburgo es posible disfrutar de la Ruta de los Vinos de Alsacia, una ruta diseñada para disfrutar de los valles vinícolas de la región. En ella nos encontramos con Breitenbach, al pie de las cordilleras de los Vosgos. Y es justo aquí donde se puede disfrutar del Hotel 48º Nord.

El hotel ha sido especialmente diseñado para ofrecer a sus visitantes una experiencia holística, inspirada en las prácticas escandinavas y basada en las oportunidades culinarias, de bienestar y de la naturaleza de la región.

El diseño combina las ambiciones ecológicas de la zona con las sensibilidades escandinavas de su propietario franco-danés, Emil Leroy-Jönsson, y su arquitecto noruego, Reiulf Ramstad, que se asoció con el estudio local ASP Architecture.

El complejo está constituido por compuesto por diferentes cabañas. “Herederos del hytte noruego, 14 cabañas salpican la ladera como rocas en una pendiente, equilibrando la privacidad y la perspectiva”, señala Reiulf Ramstad Arkitekter.

A Leroy-Jönsson, que es arquitecto paisajista, se le ocurrió la idea de traer estas rústicas casas de retiro a Francia. Con ellas, esperaba ofrecer a los huéspedes la oportunidad de disfrutar de los placeres simples del entorno: caminar por las colinas, nadar al aire libre, disfrutar de la buena comida y encontrar la paz y la tranquilidad.

Los edificios se planificaron teniendo en cuenta la sostenibilidad. Cada cabaña está levantada sobre pilotes, para minimizar su impacto en el paisaje, y están revestidas con madera de castaño sin tratar obtenida a solo 500 metros de distancia.

El complejo cuenta con cuatro tipos diferentes de cabañas. Las cabañas Fjell (que significa montaña en noruego) de dos dormitorios, ubicadas más arriba de la colina, están diseñadas para familias. Se trata de unos volúmenes asimétricos con forma de U en planta, envolviendo un balcón aislado en su centro.

Las cabañas Tree e Ivy cuentan con un solo dormitorio con formas altas y delgadas, y están diseñados para ofrecer a los ocupantes amplias vistas del paisaje montañoso. Por último, las cabinas Grass están ubicadas en el punto más bajo de la pendiente y están diseñadas en un nivel, lo que garantiza que sean accesibles para personas con movilidad limitada.

Además, hay un edificio de recepción que contiene un restaurante y un spa. Construido según los estándares de Passivhaus, este edificio ecológico cuenta con un exterior de tejas de castaño de Alsacia y un interior de madera teñida de oscuro.

Las habitaciones están diseñadas para sentirse acogedoras en el interior, gracias a sus cálidos interiores de madera y cómodas proporciones. Las grandes ventanas están acompañadas de asientos tapizados en las ventanas para que los huéspedes puedan disfrutar de la vista con comodidad. Los escritorios están integrados en las balaustradas de las escaleras, mientras que los armarios y las estanterías llenan cualquier espacio, asegurando que no se desperdicie espacio.

El proceso de diseño y construcción fue largo. El proyecto tardó ocho años en finalizarse. Sin embargo, el resultado ha sido el esperado, y se integra totalmente en la idiosincrasia del lugar, en el que encaja a la perfección con los otros negocios ecológicos de la aldea, que incluyen una cervecería, colmenas y productores de lácteos.