Astorga, Sahagún, Molinaseca o Lois son destinos turísticos leoneses por los que apuestan las revistas especializadas para invitar a sus lectores como destinos tan diversos como «lugares románticos, con celebración, el pueblo más bonito o lugar apartado para románticos» respectivamente
Esta pujanza del turismo —al margen de este complicado año 2020— hace que se multipliquen las revistas especializadas y suplementos de periódicos dedicadas al turismo y que con el inicio de cada año proponen a sus lectores destinos de lo más variados. También en este 2021 pese a la incertidumbre de lo que se avecina y publicaciones como Viajar, Traveler, El Periódico han propuesto destinos a «el pueblo más bonito», con una selección de 10 pueblos; al destino más romántico; a cinco lugares retirados ideales para introvertidos o a 10 ciudades que acogen este año 2021 alguna celebración. Y en todas estas listas aparece la provincia de León, con lugares como Molinaseca, Astorga, Lois o Sahagún, respectivamente.
Una de las listas ‘más preciada’ es, por su propia definición, la de los lugares más bonitos y ahí está Molinaseca, de la que escribe Marta Sader en Traveler: «La pequeña localidad medieval de Molinaseca, parada del Camino de Santiago, invita a pasear sin prisas por su Calle Real y su puente romano -Puente de los Peregrinos-. El pueblo conserva una extraordinaria arquitectura popular con corredores, galerías voladas de madera de castaño, escaleras exteriores de acceso a las viviendas, cubiertas de pizarra, junto con algunas casas solariegas con portadas de sillería y escudos nobiliarios. De Molinaseca son las más ricas castañas, los pimientos asados y el codiciado botillo, un plato contundente elaborado con diferentes partes del cerdo, y acompañado de cachelos, berza o garbanzo». Poco que añadir.
Dos de los epígrafes’ pueden resultar curiosos: lugares románticos y destinos para introvertidos. El primero es Astorga y escribe Almudena Martín, después de centrar la mirada romántica en una de las pocas obras de Gaudí fuera de Cataluña, el Palacio Episcopal: «Esta ciudad esconde otros bonitos rincones como la iglesia de San Bartolomé, la Catedral, la Casa Granell o el ayuntamiento, de estilo barroco. Para comer, prueba su famoso cocido maragato, su bacalao al ajo arriero o su magnífica cecina. Subirás directamente al cielo».
Y Lois aparece como el refugio perfecto para introvertidos, solitarios o gente en busca de paz. «Lo más conocido del pueblo es su iglesia parroquial, construida con mármol rosa y conocida como la ‘catedral de la montaña’. Tanto la iglesia como el pueblo de Lois fueron declarados BIC. Otro edificio singular es la Casa del Humo, típica vivienda montañesa, que conserva una curiosa formación de sarro en su techo, producida por el humo que se hacía en su interior para protegerse del frío invierno».
Motivos para venir no faltan.