Al mirar los datos y leer entre líneas de cifras y porcentajes, más claro el agua. La música latina está en camino de generar este año más de mil millones de dólares en Estados Unidos en este 2022.
En un reciente informe de la RIAA (Record Industry Association of America), la música latina generó 886 millones de dólares el año pasado en el país del country, el soul, el funk, el rock, y el hip-hop, por no seguir mencionando otros géneros musicales.
Este gigantesco botín fue un 35% superior al total generado en el año 2021. Evidentemente, el crecimiento se aleja de cualquier pronóstico realizado en alguna que otra reunión comercial en una compañía discográfica.
Esta cifra de ingresos anuales ahora solo tendrá que aumentar un 12,9% más (unos 114 millones de dólares) en 2022 para alcanzar la marca mágica de los mil millones de dólares.
Teniendo en cuenta que los ingresos de la música latina en los Estados Unidos aumentaron un 19,6% interanual en 2020, y un 28,5% interanual en 2019, no sería disparatado predecir el poder alcanzar el nuevo récord de los mil millones de dólares en este año.
Esos 886 millones de dólares en ingresos minoristas de la música latina en 2021 significaron una participación de mercado del 5,91% en términos de la industria de música grabada en EE.UU., y aunque parezca una cantidad residual, el volumen de negocio solamente en este sector, es un buen indicador del tamaño de un mercado descomunal.
Ese 5,91% de participación de mercado logrado por la música latina en 2021 fue mayor que el conseguido por la categoría tanto en 2020 (5,39%), como en 2019 (4,98%).
De hecho, si retrocedemos cinco años hasta 2017, la música latina se encontraba en un 3,97% de un, entonces mucho más pequeño, mercado de música grabada de EE.UU., según la lectura de los datos de la RIAA.
Impulsados por super estrellas como Bad Bunny, Becky G y Anitta, los ingresos por streaming de música latina en los EE.UU. totalizaron 857 millones de dólares en 2021, según la RIAA, lo que representa el 97% de los ingresos latinos totales.
Esta cifra de 857 millones de dólares, un aumento del 36% respecto a 2021, incluye todo tipo de ingresos por streaming, incluidos publicidad en plataformas interactivas y reproducciones de vídeo (YouTube), y audio (Spotify y Apple Music principalmente).
En otras palabras, de cada dólar generado por la industria discográfica de streaming en Estados Unidos el año pasado, alrededor de uno de cada catorce lo generó la música latina.
Esa participación de mercado de transmisión en 2021 (6,89%), fue mayor que la cuota de mercado equivalente tanto en 2020 (6,27%), así como en 2019 (5,93%).
Profundizando más, las suscripciones de transmisión de música continuaron siendo el mayor impulsor del crecimiento de los ingresos de la música latina el año pasado en Estados Unidos.
Los ingresos por suscripciones crecieron un 35% alcanzando los 593 millones en 2021, según las cifras aportadas por la RIAA. Por lo tanto, los usuarios del servicio de streaming como forma de consumir música representaron más de dos tercios de todos los ingresos de la música latina de EE.UU. en 2021.
Finalmente, echemos un vistazo a un bastión de la música latina desde hace mucho tiempo: las plataformas de transmisión bajo demanda con publicidad, que incluyen a YouTube y el nivel gratuito de Spotify.
A través de este tipo de plataformas de transmisión, la música latina generó 187 millones de dólares en los EE.UU. en 2021, un 46,1% más que el año de la pandemia.
Según el análisis de las cifras de la RIAA, esto significó que la música latina representó el 10,62% de todos los ingresos generados por dichas plataformas el año pasado solamente en suelo norteamericano.
Michèle Ballantyne, directora de operaciones de la RIAA, dijo: “La música latina continúa aumentando e impulsando el mercado musical en general y reportando su cifra de ingresos más alta en toda la historia».
“Con un incremento del 35%, superando con creces la tasa de crecimiento general de los ingresos por música grabada, la música latina se está conectando con su público de una manera inusitada».
