Fiel a su objetivo de lucha contra la accidentalidad, la Fundación Línea Directa ha presentado su “Libro Solidario por la Seguridad Vial Infantil”, una iniciativa para prevenir y concienciar a los más pequeños sobre la importancia de ser responsables en el ámbito de la seguridad en carretera. Además, la iniciativa también tiene como objetivo solidarizarse y normalizar la situación de los niños víctimas de lesiones medulares y ayudarlos en el proceso de recuperación psicológica tras sufrir un accidente, ya que la seguridad vial de los más pequeños sigue siendo una asignatura pendiente para todos. Según datos de la OMS, más de 180.000 menores de 18 años mueren al año en todo el mundo por culpa de los siniestros viales, lo que supone una muerte cada 3 minutos. En España esta cifra no es menos preocupante, ya que, según datos de la DGT, el año pasado, 19 niños de entre 0 y 14 años murieron en accidentes de tráfico, seis más que en 2018, datos escalofriantes que ponen de manifiesto la importancia de la concienciación y la educación vial infantil.
La presentación del libro, ha tenido lugar en la sede central de la DGT, y ha contado con la participación tanto de Fernando Grande-Marlaska, Ministro del Interior, como de Pere Navarro, Director General de Tráfico, que también es el autor del prólogo de la obra. El Ministro del Interior ha querido destacar en su intervención que la iniciativa de Fundación Línea Directa encaja en la política de su departamento, que considera la educación vial “una herramienta fundamental para prevenir riesgos, accidentes y lesiones relacionados con el tráfico porque favorece el desarrollo de la persona, del colectivo y del medio ambiente mediante la adquisición de conocimientos, procedimientos, actitudes y valores que construyen, además, una movilidad más segura”.
Por su parte, Francisco Valencia, Director General de la Fundación Línea Directa, ha hecho hincapié en que “cada año, los accidentes de tráfico son la otra pandemia, ya que causan 1,3 millones de muertes en el mundo, 180.000 de las cuales son menores de 18 años. Por eso, la Fundación Línea Directa ha querido impulsar esta iniciativa con el objetivo de luchar contra un problema que debemos afrontar como sociedad, y también para ayudar a la recuperación de muchos niños y jóvenes lesionados”. El “Libro Solidario por la Seguridad Vial Infantil” de la Fundación Línea Directa cuenta con un marcado componente solidario ya que sus beneficios irán destinados íntegramente a la Fundación del Hospital Nacional de Parapléjicos de Toledo, referente internacional en materia de investigación y recuperación de lesionados medulares. Además, la Fundación Línea Directa ha realizado una donación directa de 5.000€ la Fundación del hospital para ayudar a los niños que están ingresados allí.
El libro está compuesto por dos relatos cortos: “Una palabra mágica”, de Andrés Guerrero, y “La primera estrella de la noche”, de Roberto Santiago. Ambos escritores, especializados en literatura infantil, cuentan con un gran prestigio y reconocimiento: Roberto Santiago, es el autor de la colección Best seller ‘Los Futbolísimos’ y es ganador con los premios Barco de Vapor y Edebé y Andrés Guerrero, fue ganador del Premio Gran Angular 2019 por ‘Blanco de Tigre’. Asimismo, el libro cuenta con las ilustraciones de Marta Chicote, una ilustradora de gran recorrido que ha colaborado en obras como ‘Fonchito y la luna’, de Mario Vargas Llosa.
Disponible en la Casa del Libro
Dirigido a niños, el “Libro Solidario por la Seguridad Vial Infantil” de la Fundación Línea Directa se podrá adquirir en Casa del Libro, entidad colaboradora con la iniciativa. El libro estará disponible físicamente en la librería de Gran Vía, 29 de Madrid, y en su página web https://cutt.ly/qhGjIgK
El “Libro Solidario por la Seguridad Vial Infantil” es la segunda publicación solidaria que pone en marcha la Fundación Línea Directa, tras la edición del cuento de literatura infantil “El Semáforo Aburrido” en 2018. Firmado por Jordi Sierra, también estaba dirigido a la concienciación de los menores en educación vial y sus beneficios se destinaron a la compra de sillitas de retención infantil para familias con pocos recursos.