Así como existe música para relajarse, para grandes eventos deportivos como las Olimpiadas y el Mundial de Fútbol, para el verano, la meditación, y música hasta para estudiar; en estos días de diciembre también tenemos melodías que nos introducen en un momento del año muy especial, tanto si se cree como si no, la navidad. Esta es la historia de uno de esos tantos cuentos navideños que empieza en un pueblo de Austria llamado Oberndorf. Allí, una noche, justo antes de la misa del Gallo de 1818, el sacerdote Joseph Mohr descubre que el órgano estaba estropeado y que no podía sonar. Rápidamente se le viene a la mente el poema que él mismo había escrito y se lo lleva a Franz Gruber, organista y director del coro, quien a prisa compone una pieza en el que un tenor, una soprano, un coro y una guitarra, pudieran salvar la noche. El órgano se estropeó otra vez en 1833. Fue entonces que Karl Mauracher, trabajando en su reparación, encuentra la partitura, y se la lleva a su pueblo. Aquella canción se extendió por Europa, llegó más tarde a Estados Unidos y fue traducida a más de 250 lenguas. Así nace y se expande por el mundo: Noche de Paz.
Con frecuencia, se dice en muchos medios de comunicación que el villancico, en origen, era una especie de noticiero rural: unas canciones propias de pastores que la iglesia adaptó a la temática religiosa. A la vez que se asegura que surgió en el siglo XV en un entorno secular, también hay voces que afirman que el más antiguo de los villancicos fue compuesto por un religioso once siglos antes.
En la Edad Media, muy pocas personas eran capaces de entender y memorizar aquellos cánticos. El latín era el idioma habitual en las prácticas religiosas. Esto hacía complicado alcanzar el objetivo de convencer y convertir a las masas. Así nacen los villancicos, cuya seña de identidad era que se cantaban en lengua nativa.
Las diferencias entre los géneros villancico y canción de Navidad se han ido esfumando a lo largo de los siglos, a tal punto, que hoy llamamos “villancico” a ambos. Es justamente ahí donde radica el error: “Cuando se empezaron a cantar villancicos en las iglesias, lo que se cantaba fuera de ella que no tuviese que ver con un tema religioso, eran simplemente canciones, no villancicos”
Si nos ubicamos en nuestra época moderna, y desde un poco antes de la denominada era del rock n’ roll (que empieza en 1956), Bing Crosby con White Christmas (1942), sea posiblemente el villancico-canción navideña más famosa de todos los tiempos. Tanto es así, que no hay otro tema más vendido en toda la historia de la música que esta blanca navidad. Por extraño que parezca esta gran figura moría en el club de golf de la Moraleja (Madrid) en 1977 de un ataque al corazón. Tres años antes, en 1974, White Christmas era seleccionada para incorporase al Grammy Hall Of Fame. En Estados Unidos se ha reeditado en incontables ocasiones desde su aparición hasta nuestros días, obteniendo siempre una acogida igual de cálida.