CaixaBank Research prevé un crecimiento del 6% de la economía española en 2021, después de un año en que vaticina una bajada del 11,4% del PIB español frente al -4,1% mundial, para el cual estima un aumento del 5,5% el año que viene.
Estas son las perspectivas para 2021 de su Informe Mensual de diciembre, en el que aúna las principales clave económicas a nivel estatal y global, y donde destaca como principales riesgos globales las posibles nuevas oleadas del coronavirus, los errores de política económica, la complacencia de los mercados financieros y la situación política.
Los datos barajados por el estudio ‘2021, un año de cambio’ también vaticinan una recuperación de la eurozona de «solo parte del terreno perdido», con un crecimiento del 4,3% en 2021, tras un -7,4% en 2020; una salida de Estados Unidos de la recesión a ritmo razonable (-3,6% en 2020 y 4,1% en 2021), y China ya en fases avanzadas de la recuperación (2% en 2020 y 8,3% en 2021).
El informe sitúa como principales claves para el año próximo la contención del coronavirus, la llegada de una nueva movilidad –inferior a la de 2019–; la aceleración de la economía sostenible; el 5G como infraestructura tecnológica clave con una Europa avanzando a un ritmo «más lento de lo deseable», y las complejidades de un mundo bipolar China-Estados Unidos.
ESPAÑA
El servicio de estudios constata que en España, si bien el ritmo de recuperación es alto, con el aumento del 6% del PIB estimado para 2021, la economía aún estaría un 6,2% por debajo del nivel precrisis –nivel que no prevé que se alcance hasta 2023–.
Augura una recuperación paulatina del mercado laboral en 2021 y avisa de que deberán acompañarla políticas laborales para «evitar cicatrices profundas» en los sectores más afectados, con los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTE) como herramienta importante en la primera mitad del año.
El estudio prevé que la suma de la tasa de riesgo de pobreza y de la tasa de exclusión social podría aumentar en 2021 hasta el 27% de la población, frente al 25,3% de antes del coronavirus, lo que supone un aumento de 750.000 personas.
DESIGUALDAD Y POLÍTICA FISCAL
Por eso, defiende cerrar «la cicatriz» del aumento de la desigualdad más rápidamente que en la anterior crisis y tener en cuenta que, a veces, las consecuencias de las crisis tardan tiempo en aflorar a nivel social, por lo que destaca la importancia de continuar desarrollando políticas inclusivas.
CaixaBank Research ve fundamental compaginar el alivio financiero a las empresas viables más afectadas, junto con políticas estructurales que adapten el tejido productivo a un mundo ‘postpandemia’, más digital y verde, para que las empresas «no salgan excesivamente debilitadas de la pandemia».
«Será esencial la combinación de una política fiscal de apoyo para la recuperación a corto plazo con una visión a medio plazo centrada en reequilibrar las cuentas públicas y conseguir recuperar espacio fiscal para que la próxima crisis nos coja con margen de maniobra para desarrollar políticas anticíclicas», añade.
Considera que los fondos europeos son la «piedra angular» para que las políticas económicas impulsen el crecimiento en 2021 y próximos años, ya que el impacto macroeconómico que tendrá la política fiscal en su conjunto en 2021 supondrá un impulso fiscal de en torno al 2,5% del PIB, con un impacto macroeconómico de 1,5 puntos porcentuales –1 punto provendría de los fondos europeos Next Generation (NGEU) y el resto, de gasto corriente–.
EUROPA Y FONDOS NEXT GENERATION
El escenario central contemplado por CaixaBank Research para las economías europeas es que inicien su recuperación en 2021 gracias, en buena parte, a un panorama «más positivo, favorecido por la previsible generalización de los tests rápidos y la disponibilidad de las vacunas».
Considera que, pese a las incertidumbres, los avances médicos deberán tener en 2021, tarde o temprano, un efecto positivo que se trasladará a la economía, aunque advierte de que, para recuperar los niveles de actividad precrisis, probablemente habrá que esperar hasta 2023, y ve «poco probable» que los sectores económicos altamente afectados vuelvan rápidamente a niveles de actividad previos a la crisis.
«En consecuencia, las economías que más dependen de estos sectores, como la española, deberían tardar más en alcanzar los niveles de actividad ‘preCovid-19’. También existe el riesgo de que los países con menor espacio fiscal sean más reacios a seguir apoyando con fuerza la economía si la pandemia se alarga más de lo previsto», ha sostenido.
Esta situación –advierte– podría acabar aumentando «todavía más» la divergencia de la prosperidad económica entre países europeos, aunque el informe también considera que, si se hace bien el trabajo, el NGEU acabará siendo una herramienta de convergencia que podría convertirse en un instrumento permanente que ayudará a completar la arquitectura de la unión monetaria y económica europea.
MERCADOS FINANCIEROS
En cuanto a los mercados financieros, señala que el buen desempeño de los mercados en los últimos meses ha despertado el temor a que las cotizaciones se estén desconectando de la economía real, por lo que no puede minimizarse el riesgo de complacencia de los mercados.
El sostén de las políticas económicas, sumado a la expectativa de recuperación económica en 2021, ha sido clave para explicar el desempeño de los mercados en 2020, y, ante el envite de la Covid-19, la política monetaria ha anclado un entorno financiero acomodaticio, y lo ha hecho «con éxito».
Prevé que el grueso de las medidas lanzadas por los bancos centrales continuará vigente en 2021 y que la política monetaria del BCE seguirá contribuyendo de manera «clave» a la liquidez de los mercados, con lo que continuará dando cobertura a la necesaria acción de la política fiscal.