Los family office españoles concentran sus inversiones en Real Estate -inmobiliario- (44%) y en activos financieros (32%), según los resultados del estudio El impacto más allá de la inversión estratégica, elaborado por Deloitte y Family Office Managers Meetings (FOMM). Otros activos como commodities, arte o filantropía suponen el 6% de la inversión.
En cuanto a la distribución geográfica de la inversión, se reparte, principalmente, en los mercados desarrollados de países europeos (73%), América del Norte (17%) y Asia (4%). Esta tendencia coincide con lo que ocurre a nivel internacional.
Otras alternativas de inversión, como el private equity y el venture capital, son una motivación adicional para los family office para lograr una mayor diversificación y rentabilidad.
El 55% de los family office en España reconoce que no ha modificado su estrategia de inversión como consecuencia de la crisis de la COVID-19.
La segunda generación es la que está al mando
El 43% de los family office encuestados en el estudio indica que es la segunda generación la que dirige la sociedad. En el 34% de los casos, la encargada de dirigir es la primera generación.
Otro aspecto relevante es que en el 59% conviven dos generaciones. Por otro lado, las gestoras de patrimonio con más de tres generaciones conviviendo se ubican en el País Vasco, mientras que las más “jóvenes” (una generación) están en la Comunidad Valenciana.
Entre las más de 50 oficinas familiares que participaron en este estudio, el 42% corresponde a Cataluña; el 15% a Galicia; el País Vasco y Madrid tienen ambas un peso de un 9%; el 9% también la Comunidad Valenciana; el 7% Andalucía y el 5% las Islas Canarias. Aragón, Navarra y Murcia cuentan con un 2% de representación.
Profesionalización y medición, claves en el gobierno corporativo
Un 72% de los encuestados admite que cuenta con asesores externos participando en el consejo de administración de su family office, mientras que el 42% dice tener algún sistema para evaluar el nivel de satisfacción de la familia.
En lo que se refiere al índice de satisfacción de la familia con su oficina familiar, sigue prevaleciendo el resultado económico como principal sistema de evaluación, con un 55% de las respuestas. Los sistemas basados en el nivel de cohesión e integración familiar son menos comunes para medir el nivel de satisfacción (6%).
En cuanto a las áreas reguladas o controladas de los family office, el 58% dice tener un protocolo familiar, mientras que el 55% cuenta con una política de inversiones y el 44% ha establecido un Reglamento de Consejo. La implementación de un código ético (27%), una política de conflicto de interés (20%) y un canal de denuncias (16%) son otros sistemas de medición vigentes.
Otro aspecto relevante es el compromiso con el legado familiar, donde la mayoría (87%) cuenta con un plan de comunicación o de incorporación paulatina de las nuevas generaciones.
La encuesta que da base al estudio, realizada entre junio y julio de este año a más de 50 gestoras de patrimonio de familias empresarias en España y Andorra, analiza las perspectivas, características, grado de profesionalización y tipología de activos de los family office de la Península Ibérica. “Este estudio tiene especial relevancia, ya que se trata del primero de este tipo que se concentra específicamente en nuestra región. Registra un alto índice de participación en un período excepcional, debido a la pandemia”, explica Fernando Vázquez, socio responsable de Empresa Familiar de Deloitte. “Los resultados permiten tener una radiografía completa de los family office en España, definir un punto de comparación para implementar áreas de mejora e identificar un conjunto de tendencias que ayuden a tomar decisiones estratégicas en materia de inversión o buen gobierno”, añade.
Para revisar el estudio completo, puede hacer clic aquí.