El Banco de España estima que las empresas no financieras registraron en los nueve primeros meses del año una fuerte caída del 71,2% en sus beneficios en comparación con el mismo período del año anterior debido al desplome de la actividad y al impacto de los gastos e ingresos atípicos derivados de la crisis del Covid-19. Además, calcula que cayó un 5,9% el empleo y que entre un 15% y un 19% de empresas serán insolventes al finalizar este año, de las que un 9% serán viables en cada caso y el resto inviables.
Así se desprende del análisis publicado este martes por el organismo supervisor, que recopila datos entre enero y septiembre de 2020 de la Central de Balances Trimestral (CBT), con datos de casi 900 compañías y realiza un análisis de la solvencia de las empresas con distintas simulaciones.
Bajo la simulación 1 en la que se supone que la crisis no tiene efectos permanentes sobre los resultados de las empresas, el aumento de la proporción de empresas insolventes sería relativamente moderado, de 4 puntos, hasta situarse cerca del 15%, consecuencia de que el incremento del endeudamiento empresarial sería, en general, bastante reducido en comparación con los beneficios de las empresas. De ese 15% de empresas insolventes, un 9% sería viable y un 6% inviable.
En la simulación 2, en la que se supone que la crisis del Covid-19 tiene efectos negativos permanentes sobre los resultados de las empresas, el incremento sería de algo más de 8 puntos porcentuales, hasta el 18%, de los que un 9% sería viable y un 10% inviable.
El director general de Economía y Estadística del*Banco de España., Óscar Arce, ha explicado que el impacto de situaciones de insolvencia y no viabilidad es más moderado en empleo y deuda porque las empresas grandes absorben mayor proporción relativa de empleo y deuda.
Mayor impacto en Pymes
Según Arce, la caída de la actividad de las empresas por la crisis ha hecho que se eleve la proporción de empresas cuyos ingresos son insuficientes para cubrir los gastos financieros derivados de sus deudas, lo que ha generado un déficit de liquidez.
La información más reciente evidencia que la deuda financiera consolidada del sector empresarial (préstamos bancarios y valores de renta fija) se ha elevado cerca de un 5% entre febrero y octubre, para cubrir una parte de sus mayores necesidades de liquidez, lo que, junto con el posible retroceso de los beneficios futuros, se habría traducido en un deterioro de su solvencia, entendida esta como su capacidad para devolver la deuda contraída con los resultados futuros generados.
De acuerdo con los ejercicios realizados, el porcentaje de empresas con presión financiera elevada aumentaría en casi 27 puntos porcentuales entre 2019 y 2020, hasta situarse en el 40%.
El desglose por tamaños revela que los ascensos serían de mayor magnitud en el caso de las pymes (95% de las empresas españolas) y, sobre todo, en los sectores más afectados por la crisis, como el de hostelería, restauración y ocio, con un deterioro fuerte de la rentabilidad. «Si persiste la crisis podría producirse un aumento de la morosidad del sector bancario», ha avisado Arce.