La crisis sanitaria del coronavirus está propiciando una situación de consecuencias devastadoras para la gran mayoría de la población a escala mundial. Sectores como la política, la economía, la cultura o el ámbito empresarial no están siendo inmunes a esta tesitura de desaceleración originada por la pandemia. En ese sentido, el deporte también se está viendo afectado por el COVID-19. «El fútbol no es ajeno al resto de la sociedad, ni al resto del tejido de la empresa, porque es una empresa deportiva. En consecuencia, hay una menor capacidad de ingresos y eso hace que haya una menor inversión. Por tanto, los diversos clubes y los organizadores de temas de patrocinios están reduciendo la inversión y el control del gasto», asegura Manuel García Quilón, representante de futbolistas.
Un problema que, como es evidente, repercute de manera directa en los movimientos de los equipos en las ventanas de transferencias. «Pienso que el mercado deportivo, lo que es transacciones y transferencias de unos equipos a otros, ha caído en torno al 75-80 % en comparación con el año 2019 (una reducción estimativa). Es decir, un descenso considerable en lo que se refiere al importe de inversión entre una temporada y otra. Lo que están haciendo los clubes es reajustar su plantilla a la capacidad económica que tienen», agrega.
Igualmente, García Quilón justifica su punto de vista en este asunto. «Quizá, en el momento actual, los menos afectados son el grupo medio de la Primera División. ¿Por qué? Porque el 80 % de los ingresos que nutren el presupuesto anual de un club viene a partir de la televisión y los medios. Lo que hace es que los equipos pequeños, al tener cubierto prácticamente ese 80 % con la aportación de los derechos audiovisuales, disfruten de cierta estabilidad económica. Los equipos grandes, en los que la aportación de esos derechos de televisión representa alrededor del 30 % de la totalidad de su presupuesto, sufren un duro revés porque el resto de sus ingresos llegaban por la vía merchandising, marcas, marketing, etc. Todo eso se ha caído al no percibir esos ingresos ni por taquilla, ni por ticketing, ni por nada, así que su presupuesto se ve afectado un 40 %. Le quita la capacidad de inversión en grandes contrataciones», señala.
Por su parte, el agente José Sánchez Parra manifiesta que «el principal reto es sobrevivir por la cuestión del día a día, también a raíz de las restricciones que se están produciendo para llegar a los clubes. Los jugadores no tienen que contagiarse, por las instalaciones y demás. Entonces, ¿cómo sobrevivir en estas circunstancias que son absolutamente diferentes a lo que hemos vivido siempre? Lo normal era fijar una reunión en persona con el director deportivo o cualquier responsable del club. Quedabas y te recibían. Ahora te citan en una cafetería o te ponen bastantes pegas para poder concretar la entrevista. Esto nos repercute a todos. Hay que adaptarse a esta realidad, una realidad que no se había dado nunca y que estamos tratando de sobrellevar como buenamente podemos».
Es por ello que expresa su preocupación al respecto, principalmente por la incertidumbre a la que nos hemos visto expuestos desde el pasado mes de marzo. «Nos condiciona a todos. Ha cambiado la vida. No podemos desarrollar nuestra labor tal y como la ejercíamos antes: acceder a los campos o hablar con los jugadores. Ha cambiado todo bastante porque nos tenemos que adaptar a esta nueva situación. ¿Cuándo va a terminar esto? ¿Cuándo podremos retomar lo que entendíamos por normalidad? Podemos hacer conjeturas, pero no tenemos la certeza. Los tiempos han cambiado mucho, también en el plano económico: contratos, patrocinadores, acuerdos con los clubes, etc. El cumplimiento, es decir, tener un contrato y que te soliciten una reducción. También nos han pedido una reducción a nosotros en más de una ocasión», declara Sánchez Parra.
Por supuesto, el negocio de la representación de profesionales del balompié se está viendo perjudicado por esta atípica situación. «Está afectando muy negativamente. Desde el tema práctico, de cómo nos venimos manejando habitualmente y las dificultades que tenemos por cuestiones sanitarias. En una actividad que se resiente económicamente, es algo que nos acaba afectando mucho a todos. Esta pandemia tiene una gran magnitud y abarca muchas cosas. Hay cuestiones deportivas y económicas, diversos escenarios en los que todos nos tenemos que acostumbrar a esta incertidumbre. Sabemos más o menos cómo está ahora, pero desconocemos cuál será la situación en Navidad, por ejemplo. Creo que la vuelta a la normalidad, como hay tantos actores implicados y diferentes asuntos por resolver, va a ser una cosa paulatina. No va a ser de un día para otro», concluye.