La inflación en Latinoamérica podría comenzar a converger hacia los límites superiores de los niveles objetivos establecidos por los bancos centrales a partir de abril o mayo, según el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF por sus siglas en inglés).
A partir de entonces, las autoridades monetarias de la región podrían comenzar a dejar en pausa la hoja de ruta contractiva iniciada el año pasado. Así lo ha explicado en declaraciones a Europa Press el jefe de investigación para el área de Latinoamérica del IIF, Martín Castellano.
Sin embargo, Castellano ha recordado que esto no aplicará a todos países, ya que algunas economías tienen el desafío de que están más expuestos a Estados Unidos y la posible suba de tipos de la Fed, como es el caso de México. En este caso, el experto del IIF indica que podrían verse subidas de tipo adicionales a medida que la Fed vaya ejerciendo sus ajustes.
CRECIMIENTO MODERADO Y MENOR INVERSIÓN
Por el lado del crecimiento económico, Castellano espera que la región registre un repunte inferior al 2% en 2022, después de haber crecido más de un 6% en 2021 –según datos preliminares– por los estímulos fiscales y factores externos favorables como el alto precio de las materias primas.
Las previsiones para este año apuntan a una moderación de la recuperación que podría ser insuficiente para las necesidades de la región.
«Las perspectivas para este año son de un crecimiento moderado que no llega al 2%, bastante modesto para lo que necesita la región en términos de necesidades sociales», ha explicado Castellano, que ha especificado que estos niveles están por debajo del potencial de muchas economías e incluso a un nivel nulo, como podría ser el caso de México.
En lo que respecta a la inversión extranjera directa (IED), durante 2021 la región alcanzó los 121.000 millones de dólares (106.647 millones de euros) aproximadamente, por encima de los 90.000 millones (79.324 millones de euros) registrados en 2020. Sin embargo, para este año se esperan niveles más moderados que estarán por debajo de la prepandemia, aunque altos en términos históricos.
Castellano ha explicado que esta menor IED se debe a factores como el bajo crecimiento, que «no ayuda a atraer inversiones», así como a la incertidumbre vinculada a la política económica de las diferentes administraciones.
«No se ven grandes mejoras que permitan ser demasiado optimista respecto a los flujos de IED, que dependen más de estos factores estructurales mirando a un horizonte más largo», ha indicado Castellano.
FUGA DE CAPITALES
En lo referente a las salidas de capitales en 2021, Castellano ha destacado la fuga de capitales de no residentes en México durante el 2021. El país norteamericano experimentó tres trimestres consecutivos de salidas, algo que no se observaba desde la crisis del 1994.
Brasil, por su parte, experimentó especialmente fugas de residentes, que invirtieron más en el exterior. En el caso de Argentina, Castellano señala su menor acceso a los inversores externos, mientras que en Colombia y Chile la situación ha sido un poco más variada, con fuertes entradas de capitales durante el periodo, pero también con meses de salidas de residentes a medida que se acercaban los procesos electorales.
Adicionalmente, los flujos de residentes también se moderarán por los procesos electorales en países como Brasil, Colombia o Costa Rica. «Creemos que esto va a mantener a los residentes invirtiendo más en el exterior que localmente», ha indicado Castellano.
ARGENTINA Y EL FMI
Por el lado de Argentina y sus negociaciones con el FMI, el analista sí cree que se llegue a un acuerdo entre ambas partes, aunque todavía persiste la incertidumbre sobre cuál va a ser el contenido del trato final entre el país y el organismo.
«Todavía hay diferencias en cuanto a algunos aspectos porque seguramente sea un acuerdo de mediano largo plazo que requiera reformas más vinculadas a cómo aumentar el crecimiento y cómo va a bajar la inflación y todavía no hay acuerdo sobre estos tema», ha indicado.
En lo referente a las soluciones para bajar la inflación en el país, que cerró en un nivel de 50,9% en 2021, el Gobierno argentino afrontará el doble desafío de ir implementando medidas de estabilización y converger a niveles de inflación más bajos y al mismo tiempo de ordenar algunos desequilibrios.
Aquí, según Castellano, el principal desafío se encuentra en la parte fiscal, donde recomienda «ir hacia un camino agresivo a ordenar las finanzas públicas». «Eso puede ayudar a generar confianza y puede ser expansivo desde el punto de vista de crecimiento, que es también lo que se necesita para minimizar el costo de los ajustes que hay que hacer», ha apostillado.