Los edificios son responsables casi del 40% de las emisiones de CO2 a la atmósfera, una realidad para la que se plantean soluciones desde los diferentes ámbitos, también de la arquitectura.
¿Qué pasaría si los edificios pudieran actuar como árboles, capturar el C02 y purificar el aire? Inspirado en los ecosistemas naturales, el estudio de arquitectura SOM (Skidmore, Owings & Merrill), integrado por diseñadores, ingenieros y arquitectos, ha ideado un prototipo de edificio que absorbe los elementos contaminantes: Urban Sequoia.
La propuesta de SOM, presentada en la COP 26, se basa en el poder de transformación de los edificios en soluciones, repensando cómo se diseñan y construyen. Según Chris Cooper, socio de SOM, “con Urban Sequoia, y en última instancia, con ‘bosques’ completos de Sequoias, queremos que los edificios, y nuestras ciudades, sean parte de la solución al diseñarlos para secuestrar el dióxido de carbono, cambiando el curso del cambio climático”.
SOM ha desarrollado esta idea para que pueda aplicarse y adaptarse a las necesidades de cualquier ciudad del mundo, con el potencial de un impacto positivo en cualquier escala de construcción. En este sentido, Urban Sequoia engloba diferentes líneas de diseño sostenibles, integrando materiales saludables, y las últimas innovaciones y tecnologías de captura de carbono.
Sus características se pueden replicar en cualquier tipo de edificio. Para las ciudades, el diseño del prototipo de SOM es un edificio de gran altura que puede capturar hasta 1.000 toneladas de carbono al año, lo que equivale a 48.500 árboles. El diseño incorpora materiales naturales como el cáñamo, la madera y el biocemento, reduciendo el impacto de carbono de la construcción en un 50% en comparación con el hormigón y el acero.
Transcurridos 60 años de su construcción, Urban Sequoia absorbería hasta un 400% más de carbono del que podría haber emitido durante la edificación. Con biomasa y algas integradas, las fachadas podrían convertir el edificio en una fuente de biocombustible capaz de abastecer sistemas de calefacción y automóviles.
Si todas las ciudades del mundo construyeran Urban Sequoias, el entorno urbano podría eliminar hasta 1.000 millones de toneladas de carbono a la atmósfera cada año, dicen desde SOM. Y es que, no hay que olvidar, que a medida que la población crezca se necesitarán otros 230.000 millones de metros cuadrados de nuevas edificaciones hasta 260, calcula esta firma de arquitectura.