Nestlé alcanzó en los nueve primeros meses de 2020 una facturación de 61.912 millones de francos suizos (57.702 millones de euros), lo que representa una caída del 9,4% en comparación con los ingresos contabilizados por el gigante suizo de la alimentación en el mismo periodo de 2019 como consecuencia en gran medida del impacto de las desinversiones y del tipo de cambio.
Las desinversiones disminuyeron las ventas de Nestlé en un 5,5%, principalmente por la desinversión de Nestlé Skin Health y del negocio de helados de EEUU, mientras que el tipo de cambio redujo las ventas de la compañía suiza en un 7,4%, lo que refleja la continua apreciación del franco suizo frente a la mayoría de las monedas.
Sin tener en cuenta el impacto del tipo de cambio o las variaciones en el perímetro contable de la compañía, la facturación orgánica de Nestlé creció un 3,5% entre enero y septiembre en comparación con el mismo intervalo de 2019.
Entre las diferentes categorías de productos, las ventas de productos para mascotas registraron un crecimiento hasta septiembre del 4,1%, hasta 10.382 millones de francos suizos (9.676 millones de euros).
Sin embargo, el área de nutrición facturó un 23% menos,hasta 9.004 millones de francos (8.392 millones de euros); platos preparados un 4,8% menos, hasta 8460 millones de francos suizos (7.885 millones de euros); lácteos y helados un 17,2% menos, hasta 8.114 millones de francos (7.562 millones de euros); aguas un 12,9% menos, hasta 5.020 millones de francos (4.678 millones de euros), y un 12% en el negocio de golosinas, hasta 4.713 millones de francos suizos (4.392 millones de euros).
Para el conjunto del ejercicio, la compañía helvética confía en alcanzar un crecimiento orgánico de las ventas en torno al 3% y espera una mejora del margen de beneficio operativo subyacente, así como un aumento de las ganancias por acción subyacentes en moneda constante.
«Nestlé se ha mantenido resistente en un entorno difícil y volátil», declaró Mark Schneider, consejero delegado de Nestlé.