Unas de las articulaciones más importantes son las rodillas porque sostienen casi tres cuartas partes de la masa corporal y dan movilidad.
De este modo, se convierten en un área bastante delicada y proclive a sufrir lesiones o dolencias causadas por traumas, lesiones de ligamentos o rotura de meniscos, entre otras. El equipo de expertos en salud de Vibra Bienestar explica algunos aspectos importantes del tratamiento de lesiones de rodilla con fisioterapia, el cual puede curar casi cualquier daño con el uso de las técnicas adecuadas.
Tipos y tratamientos de las diferentes lesiones de rodillas.
Los ligamentos de la rodilla pueden dañarse cuando se estiran repentinamente, pudiendo dar como resultado un daño parcial del ligamento o, en el peor de los casos, una ruptura completa de este.
Los síntomas dependen de la gravedad del desgarro exacto del ligamento, pero generalmente se asocian con dolor localizado, hematomas y reducción del movimiento.
Con la fisioterapia de rodilla es posible rehabilitar cualquier lesión, haya habido un procedimiento quirúrgico previo o no. Algunas de las técnicas más empleadas para recuperar la movilidad y la fuerza de la articulación son los masajes y la electroestimulación, incidiendo en la movilización a través de diferentes actividades como la cinesiterapia pasiva, que es aquella en la que el fisioterapeuta realiza los diferentes movimientos de la pierna, flexión y extensión. Estos ejercicios permiten incrementar la capacidad de movimiento y la elasticidad de la rodilla.
¿Cuáles son las etapas de la fisioterapia?
La evaluación del paciente se lleva a cabo en la primera sesión, teniendo en cuenta tanto las pruebas diagnósticas como su historial médico y el estado físico de la rodilla, que es distinto en cada persona aun cuando la lesión sea la misma. Se identifican los síntomas propios del paciente que pueden ser dolor, atrofia muscular, limitación del movimiento, etc.
De este modo, se puede definir un plan personalizado con objetivos a corto, medio y largo plazo, que contempla tanto el uso de técnicas pasivas como masajes, estiramientos y movilización de la rodilla como activas, las cuales son los ejercicios que deberá realizar el paciente por sí solo.
Como la parte clave de la recuperación de este tipo de lesiones, la movilización se combina con otras técnicas como la electroestimulación, que es un tipo de corriente eléctrica que se usa para aliviar el dolor en cualquier parte del cuerpo. Una fisioterapia oportuna ante algún trauma o molestia, puede ser un factor decisivo para evitar lesiones graves o crónicas a futuro.