En un mundo cada vez más competitivo en el que las organizaciones de (casi) todos los sectores se encuentran en un “océano rojo”, tanto por la presencia de numerosos tiburones como por la omnipresencia de China, es difícil manejarse salvo que seas muy grande o trabajes con muchísimas otras organizaciones, similares a la tuya, de forma sincronizada.
En España, apenas, tenemos unas cuantas (<5.000) grandes empresas (con +250 empleados) del total de las 1,4 millones de empresas que hay registradas. De donde se deduce que el 99,6% restante son medianas (50- 249), pequeñas empresas (10-49) y microempresas (0-9). Como las dos primeras categorías (Pymes) suman algo más de 140.000 empresas, es fácil llegar a la conclusión de que, en España, tenemos casi un 90% de microempresas. En realidad dos terceras partes del total de empresas patrias no sobrepasan los 2 empleados. Pero es que hay otros 2 millones de sociedades unipersonales, en España, que a efectos de este artículo no considero empresas porque no tienen a ningún empleado contratado.
Por otra parte, el sector primario solo contribuye al 2,5% del PIB; el industrial, a algo menos del 20%; y el de servicios, a un 68% de nuestro PIB. Es decir, una economía de servicios.
Añadamos que tan sólo 3 comunidades autónomas contribuyen al 52% del PIB: la Comunidad de Madrid con un 20%, Cataluña con un 19% y Andalucía con un 13%. Por lo tanto, mucha concentración empresarial, en muy pocos lugares.
Creo que con estos datos queda clara la magnitud del reto, que tenemos en España, para seguir estando entre los países más ricos del mundo. En 2019 con 1,25 billones de € de PIB estábamos clasificados en 10º lugar, aunque solo aportamos a la riqueza mundial un 2,2%, frente al 29% de EEUU o el 17% de China. Los que mandan en la economía mundial.
Las buenas noticias son que tenemos un buen número de organizaciones españolas que lo están haciendo muy bien. Por tamaño, destacan 9 empresas españolas entre las 500 más grandes del mundo (1,8%): Banco Santander, Telefónica, Repsol, BBVA, ACS, Iberdrola, Inditex, Mapfre y Naturgy. En el ranking de sostenibilidad hay algunas empresas españolas, pocas a decir verdad. En la clasificación de las 50 empresas más innovadoras del mundo aparece Inditex.
Para conocer las mejor gestionadas del mundo no hay un ranking común. En EEUU, utilizan el ranking de The Wall Street Journal y The Drucker Institute, de la Claremont Graduate University, basándose en los principios que su fundador inspiró para clasificar a las organizaciones por su “eficacia”, que resulta de la agregación de unas puntuaciones parciales referidas a:
En este ranking, y para 2020, las 5 primeras empresas estadounidenses son:
En Europa, el ranking de las empresas mejor gestionadas se basa en el Modelo EFQM que evalúa los siguientes criterios:
En este ranking de las mejores empresas europeas están las alemanas BMW y Robert Bosch, la francesa SCLE, las austríacas GGZ y WIFI Kärnten, la checa Albert Česká republika, y las españolas
Lo relevante y admirable es el grupo de Pymes españolas con en estos mismos niveles de excelencia en la gestión. Destacan en el sector educativo, un selecto grupo de colegios privados (Grupo Sorolla, Colegio Manuel Peleteiro, Colegios Ramón y Cajal, Colegio San Cernín, El Centro Inglés y el Colegio Divina Pastora de León), en Universidades (Universidad Europea de Madrid y la Biblioteca de la Universidad de Granada), en Sanidad (Fundación Jiménez Díaz, Hospital Universitario Puerta de Hierro, Sanitas Hospitales, Hospital Universitario Moncloa y HM Hospitales) e, incluso, en mutuas laborales (Unión de Mutuas y Umivale). Y en el sector público, el Ayuntamiento de Alcobendas.
Tenemos numerosos ejemplos de gestión excelente trufando los diferentes sectores industriales y económicos pero necesitamos, para poder competir en el futuro, de más tamaño de nuestras empresas, de más industria y de más comunidades autónomas liderando el poder económico en España.
Lo que nuestro ranking de empresas privadas, instituciones públicas, educativas, sanitarias y sociales muestra es que se puede competir, independientemente del tamaño, del sector y de la geografía, cuando las bases del sistema de gestión son sólidas, se practica la innovación en todas las áreas y de manera continuidad y se muestra una genuina actividad para proteger el medio ambiente, para promover la diversidad y la inclusión y para tener un buen gobierno de la organización, es decir, se incluye la sostenibilidad en el sistema de gestión.
Los que se atreven a cambiar y tener un sistema de gestión excelente, innovador y sostenible preparan su futuro para cambiar su océano rojo por otro azul, mucho más atractivo.
