De Baena a Rioja Alavesa; 7 destinos que harán las delicias de los más foodies este 2025

Por Remitido

Cada vez son más los viajeros que se decantan por un destino u otro en función de las opciones gastronómicas que dichos destinos ofrecen. Es evidente que ha habido un cambio en la percepción de la gastronomía, pasando a ser un elemento que puede marcar la diferencia cuando se visita una ciudad o región. Por eso, el Grupo RV EDIPRESS, agencia de comunicación especializada en turismo, desvela cuáles pueden ser los destinos ideales para los más gourmets este próximo 2025.

Baena. Sabor y esencia gastronómica del sur

En pocos puntos de España se puede disfrutar de un salmorejo mojando berenjenas rebozadas. En esta localidad cordobesa todo empieza y termina con el aceite de oliva D.O Baena, un elixir de fama internacional y sobre el que se articula una gastronomía fantástica. El revoltillo baenense, de espárragos y ajetes, el empedraillo de arroz y legumbres, o las naranjas en aceite con higos y bacalao son algunos de los manjares que hay que probar si se viene a Baena.

Coria, un pueblo que vive la gastronomía como nadie

La gastronomía de la Ciudad de Coria destaca por su rica tradición basada en productos de la dehesa extremeña, como la carne ibérica del cerdo y el toro de lidia, protagonistas de platos emblemáticos como jamones, guisos y estofados, especialmente populares en las Fiestas de San Juan. A ello se suman recetas tradicionales como calderetas, migas y escabeches de pescado, enriquecidas por ingredientes locales como boletus y espárragos trigueros, además de una exquisita repostería popular y conventual. Este patrimonio culinario convierte a Coria en un destino ideal para el turismo gastronómico, que invita a disfrutar de los sabores únicos de su tierra.

Llerena, un viaje de sabor por la Campiña Sur

También en Extremadura se encuentra uno de esos pueblos que pueden presumir, y con razón, de que tienen una cocina espectacular. Orgullosos descendientes de un pueblo labrador y artesano que se autoabastece durante siglos de las legumbres de sus huertas y de los cereales de su campiña. Las sopas, el gazpacho y las migas, platos principalmente elaborados con pan, y el cerdo ibérico, con sus exquisitos jamones, chorizos, salchichones y morcones, son los ingredientes principales de su cocina.

Torrelodones, un reclamo para los amantes de la buena mesa

La localidad madrileña cuenta con algunos de los restaurantes y asadores más populares de la zona. Desde el ‘tapeo’ y el menú diario de toda la vida hasta la cocina de vanguardia, Los chefs locales se esfuerzan por ofrecer experiencias gastronómicas únicas, resaltando la riqueza de los sabores tradicionales y el arte culinario de la región.

Aranda de Duero, todo el sabor de la Ribera

La ciudad burgalesa es conocida, entre otras cosas, por su impresionante lechazo asado. En épocas como la actual, cuando arrecia el frío, una buena bandeja humeante recién salida del horno con una suculenta pieza de lechazo es algo difícil de explicar, por lo que se aconseja vivirlo en primera persona. Si a ello se le añade un soberbio maridaje con un vino D.O Ribera del Duero, la experiencia no hace más que mejorar.

La comarca de Liébana, alma de Cantabria

La gastronomía de Liébana se distingue por su riqueza y autenticidad, con productos emblemáticos como los quesos con Denominación de Origen, el Picón de Bejes-Tresviso y los Quesucos de Liébana, junto a perniles, embutidos de cerdo, jabalí y venado, y el tradicional borono. El cocido lebaniego, elaborado con garbanzos locales, es el plato estrella, complementado por carnes guisadas o asadas y desayunos típicos como frisuelos con miel. En los postres destacan los canónigos y el vino tostadillo, mientras que el té del puerto con orujo pone un cierre único a esta experiencia culinaria, especialmente valorada en Potes y los pueblos de la comarca.

Rioja Alavesa, un deleite para los sentidos. Profundamente vinculada a su cultura vinícola y a los productos de su tierra fértil, este enclave combina la excelencia de su vino con una cocina tradicional que eleva ingredientes locales como las patatas, el pimiento y los espárragos. Los platos de cuchara, como las patatas a la riojana, conviven con asados de cordero lechal y chuletillas al sarmiento, impregnadas del aroma de las cepas. En los modernos restaurantes de la región, esta tradición se fusiona con la innovación culinaria, creando una experiencia única que celebra los sabores de Rioja Alavesa, siempre acompañados por su vino, auténtico embajador de la comarca.