España se ha situado en el puesto número de 20 del ranking de países más atractivos para invertir tras el Covid-19, según un índice elaborado por el centro internacional de finanzas del Iese, en colaboración con emylon business school y eXapital Capital Advisor.
El índice clasifica a 125 países según la calidad de su entorno de inversión para inversores de capital, y los cuales se analizan y clasifican de acuerdo con miles de datos ponderados que cubren seis factores clave, ha informado la escuela de negocios este jueves en un comunicado.
Estos factores clave son la actividad económica, la profundidad de los mercados de capitales, los impuestos, la protección de los inversores y gobierno corporativo, el entorno humano y social y, finalmente, la cultura empresarial y las oportunidades comerciales.
Respecto a ediciones previas del índice, los avances más destacables son los de China, Corea del Sur y Francia, que se sitúan ahora en los primeros diez puestos, mientras que España ha escalado siete puestos desde 2015.
Según el Iese, su éxito se debe al aumento de la actividad del mercado de capitales y a la profesionalidad de su comunidad financiera, así como a una cultura más emprendedora.
ESTADOS UNIDOS
El índice está encabezado por Estados Unidos, seguido de Reino Unido, Japón, Alemania y Canadá, de los cuales se espera que se recuperen rápidamente de la recesión por la Covid-19, especialmente China (por ahora, séptimo), donde ya se registra un crecimiento del PIB.
El Iese ha advertido de que desde la edición anterior, publicada en 2018, todos los ojos estaban puestos en Reino Unido y su posible cambio de posición debido al Brexit, pero el análisis ha concluido que «los efectos potenciales del ‘brexit’ no son apreciables (todavía), y se han superpuesto de alguna manera a los daños relacionados con la Covid».
Sin embargo, la brecha entre Estados Unidos en primer lugar y Reino Unido en el segundo se ha ampliado, mientras que las que hay entre los otros cinco primeros se han reducido.
El informe atribuye estos cambios, en parte, al impacto de la pandemia en los mercados financieros, que han reducido las diferencias entre muchos países en términos de «profundidad de los mercados de capital».