El control regular de la presión ocular como acción clave para prevenir el glaucoma

Por Remitido

Cuando se trata de disfrutar de una buena salud, la prevención y la detección temprana son acciones clave, sobre todo para preservar una visión sana y nítida. Cuando no se realizan controles regulares, las probabilidades de desarrollar enfermedades oculares graves e irreversibles son mayores, como en el caso del glaucoma.

Este grupo de afecciones se desarrolla de manera progresiva y afecta al nervio óptico, lo que puede conducir a una pérdida irrecuperable de la visión si no se trata adecuadamente. En función de que es conocida como la enfermedad silenciosa de los ojos, ya que en sus etapas iniciales no suele presentar síntomas evidentes, desde el Instituto Oftalmológico Tres Torres (IOTT) resaltan la importancia de efectuar un diagnóstico temprano y un monitoreo regular de la presión ocular. 

La relevancia de controlar la presión ocular para prevenir el glaucoma

El seguimiento controlado de la presión ocular es una de las prácticas más recomendadas para prevenir el glaucoma. Esta patología que tiene una evolución «silenciosa» y puede causar una pérdida de la visión insalvable, es causada por múltiples cuestiones genéticas, bioquímicas y vasculares.

Sin embargo, la presión ocular elevada constituye uno de los principales factores de riesgo para el desarrollo del glaucoma. Controlar la presión intraocular mediante chequeos oftalmológicos regulares permite detectar cualquier progresión a tiempo, y posibilita intervenciones tempranas. Si bien el glaucoma no tiene cura, un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado pueden ralentizar significativamente sus efectos, preservando así la salud del nervio óptico y la visión del paciente

Métodos para regular la presión ocular

El Instituto Oftalmológico Tres Torres (IOTT) enfatiza la necesidad de controlar la presión ocular como medida preventiva crucial contra el glaucoma. Cuando en la consulta oftalmológica se detectan señales de riesgo, la patología es regulada en instancias iniciales con gotas oftalmológicas que evitan su incremento.

Para casos más avanzados, es posible llevar a cabo intervenciones quirúrgicas como la trabeculectomía o la implementación de válvulas de drenaje que ayudan a mantener la presión intraocular en niveles seguros y previenen el daño irreversible al nervio óptico. En el IOTT realizan estos procedimientos con tecnologías avanzadas para maximizar la eficacia de sus tratamientos y contribuir a que más personas preserven su salud ocular.