Parece que los astros se han aliado esta vez con Wallapop. El nuevo entorno económico y social derivado de la pandemia supone una oportunidad para la plataforma líder de venta de productos de segundo mano en el mercado español. El auge de la economía circular y la sostenibilidad, la apuesta por la digitalización o el crecimiento del comercio electrónico son tendencias todas que refuerzan a la empresa nacida en 2014 de la mano de Andrés Gómez, Miguel Vicente y Gerard Olivé.
Los fundadores de la firma hace ya tiempo que abandonaron el proyecto. En octubre de 2018 pasó a encabezarlo Rob Cassedy. El directivo, que estudió ingeniería y económicas en la Northwestern University (Illinois) y aterrizó en Barcelona después de dirigir eBay en Alemania, se ha centrado en estos dos años en poner en orden todo el potencial que Wallapop había ideado desde su fundación y a lo largo de su primera etapa. Desarrollar e impulsar servicios de pago con los que obtener ingresos, entrar en nuevas categorías de productos, mejorar la experiencia de usuario y, en líneas generales, consolidar el liderazgo de Wallapop en el mercado español después de aparcar los planes de expansión internacional de la plataforma, han sido las grandes tareas de Cassedy en este tiempo.
La empresa calcula que tiene cerca de 15 millones de usuarios, aunque obviamente unos más activos que otros. “Si tenemos en cuenta que en España hay 35 millones de internautas aún tenemos mucho espacio para crecer”, explica Cassedy. Pero donde realmente está ese espacio de crecimiento es en una utilización más regular de la plataforma por parte de sus usuarios. Es decir: que los compradores ocasionales se conviertan en habituales y aquellos que cierran una transacción al mes lo hagan, por ejemplo, cada semana. Y, todo ello, abarcando poco a poco un mayor número de sus necesidades. “Queremos que la segunda mano sea la primera opción de nuestros clientes”, dice Cassedy.
La ocasión es más propicia que nunca. Al auge del comercio sostenible y de la segunda mano se suma el impulso que han experimentado las compras a través de internet en los últimos meses de pandemia. “España estaba rezagada en relación a Europa en el uso del e-commerce, pero ahora cada vez lo usa más gente, y ya es un cambio real en el comportamiento del cliente”, afirma el consejero delegado de Wallapop. Un cambio de tendencia que está provocando la llegada cada vez mayor a la plataforma de micronegocios que antes sólo utilizaban el canal offline, pero que ahora se han visto en la necesidad de buscar un partner digital. “El 95% de nuestros usuarios son vendedores particulares, pero al final del día hemos visto la oportunidad de ayudar a pequeños emprendedores con un inventario único, como por ejemplo productos de alfarería o muebles artesanales, que podríamos encontrar en el mercado de nuestro barrio”, explica Cassedy.
Para adaptarse mejor a las necesidades del mercado, Wallapop ha firmado recientemente un acuerdo con Seur para la recogida de paquetes a domicilio. A partir de ahora, aquellas personas que cierren un acuerdo de venta podrán solicitar al grupo logístico que recoja el producto en su hogar para hacerlo llegar al comprador. Eso sí: deberá estar empaquetado convenientemente y seguir el protocolo establecido por la plataforma. Este acuerdo se suma al que Wallapop mantiene desde hace unos años con Correos, que permite igualmente el envío postal de las ventas, aunque en este caso el vendedor debe depositar el producto en una oficina de Correos para su envío.
Excepto por los extraordinarios en 2018, cuando procedió a la venta del negocio en Estados Unidos a Letgo, Wallapop no ha cerrado aún ningún ejercicio en números negros. Las pérdidas, no obstante, se han minimizado año tras año hasta los 6,3 millones de euros de 2019. El ejercicio pasado tampoco era el más propicio para revertir la situación. “Hemos estado menos centrados en conseguir rentabilidad para invertir en crecimiento. Podemos atraer más usuarios a Wallapop con el objetivo de hacer crecer el espacio en el que jugamos”, afirma el consejero delegado de la empresa. “Tenemos la opción –añade- de ser rentables cuando queramos, pero estamos invirtiendo en crecimiento”. Los ingresos de la firma se elevaron a 16,5 millones de euros en 2019.
Wallapop cuenta entre sus accionistas con grandes fondos de capital riesgo. De hecho, varios de ellos proceden de Sillicon Valley, como Acell Partners o Insight Ventures Partners. Uno de los fondos, Vostok New Ventures, que cuenta con una participación del 2,4% en la plataforma de productos de segunda mano y cotiza en la bolsa de Estocolmo, informó en sus cuentas de 2019 que valora el 100% de la plataforma española en 216 millones euros.
Cassedy es optimista con el futuro de Wallapop, y cree que lo mejor para la empresa está por venir. “Nos sentimos bien con nuestra posición, especialmente en los últimos años, invirtiendo y construyendo lo que creemos que es un lugar de clasificados diferente”, concluye.