El consejero delegado de la petrolera británica BP, Bernard Looney, ha presentado su dimisión con efectos inmediatos tras admitir que no fue totalmente sincero sobre las relaciones personales que mantuvo en el pasado con compañeros de la empresa. Según ha informado la compañía en un comunicado, el actual director financiero de BP, Murray Auchincloss, ejercerá de CEO de manera interina. En mayo del año pasado, con el apoyo de un asesor jurídico externo, el Consejo de la petrolera británica recibió y revisó las alegaciones relativas a la conducta de Looney respecto a las relaciones personales con colegas de la empresa tras recibir información de una fuente anónima. Durante dicho proceso, Looney reveló un «pequeño número de relaciones» pasadas con colegas de la compañía antes de convertirse en CEO, no detectándose entonces ninguna infracción del Código de Conducta de la empresa. Recientemente, la compañía recibió otras acusaciones de naturaleza similar, que comenzó inmediatamente a investigar, también con el apoyo de un asesor jurídico externo, sin que el proceso haya concluido aún. No obstante, Looney admitió este martes que no fue «totalmente transparente» en sus declaraciones anteriores al no haber facilitado información completa de sus relaciones pasadas con colegas de la compañía. «La empresa tiene unos valores sólidos y el Consejo espera que todos sus empleados se comporten de acuerdo con ellos. En particular, se espera que todos los directivos actúen como modelos y ejerzan su buen juicio de forma que se ganen la confianza de los demás», destaca BP en su comunicado. La petrolera ha precisado que aún no ha tomado ninguna decisión sobre la remuneración de Looney. Looney, de 53 años, asumió el cargo de consejero delegado de la petrolera británica a principios de 2020, tras la jubilación de Bob Dudley.

Por Redacción

BBVA ha publicado este miércoles el informe de Bonos Verdes y Sociales 2022, que refleja que en el pasado ejercicio la entidad financiera duplicó el número de bonos verdes emitidos por un valor de 1.688 millones de euros, en tanto que desde 2018 ha emitido ocho bonos verdes por un importe total de 4.723 millones.

Esa cantidad total se repartiría, a cierre de 2022, entre proyectos relacionados con energías renovables (55%), transporte sostenible (18%), edificios verdes (15%), eficiencia energética (3%) y otros como la gestión del agua y de los residuos; a su vez, la compañía calcula que se ha evitado la emisión de 1,5 millones de toneladas de CO2.

Asimismo, la entidad ha remarcado que el año pasado logró su primera emisión con el sello verde para un bono de deuda sénior preferente, la mayor conseguida para un emisor financiero español con esta etiqueta, por un valor de 1.250 millones.

El banco ha señalado a través de una nota de prensa que pretende alinear gradualmente su negocio a un escenario de cero emisiones netas para 2050 y ejercer su rol como entidad financiera en la transición hacia un futuro sostenible mediante financiación, asesoramiento y soluciones innovadoras.

Esta política, ha remarcado el banco, se sustenta en dos áreas de actuación: acción por el clima y capital natural, y crecimiento inclusivo.

En ese sentido, BBVA ha destacado a los bonos verdes, entre otors, como herramientas para alcanzar este objetivo, permitiendo a la vez financiar proyectos en sectores como las energías renovables, la eficiencia energética, la gestión de residuos, el tratamiento de aguas o el acceso a necesidades y servicios esenciales, como la vivienda.

Según este último informe de la entidad, la cartera elegible verde y social de la matriz de BBVA ascendía a más de 12.000 millones de euros, de acuerdo con su Marco de Financiación de Deuda Sostenible, ideado para ampliar la gama de instrumentos de financiación de deuda sostenible.