El presidente de Microsoft, Brad Smith, considera que la compañía de Redmond ha trabajado «muy duro» para abordar las preocupaciones planteadas por algunos de sus rivales respecto de la adquisición de Activision Blizzard y ahora corresponde a los reguladores, especialmente en Reino Unido, determinar si el camino está despejado.
«Trabajamos duro para abordar las preocupaciones que algunos de nuestros competidores han planteado, pero creo que hay un camino. Corresponderá a los reguladores, especialmente ahora en el Reino Unido, decidir si ese camino está despejado», ha indicado Smith en una entrevista con la cadena CNBC.
La semana pasada, Microsoft y Activision plantearon un nuevo acuerdo de fusión para la aprobación de la Autoridad de los Mercados y la Competencia de Reino Unido (CMA, por sus siglas en inglés), después de que el regulador británico determinase que el pacto original, valorado en unos 69.000 millones de dólares (69.354 millones de euros), sería bloqueado para proteger la innovación y las opciones en los juegos en la nube.
De este modo, el nuevo acuerdo reestructurado planteado por las empresas será sometido por el regulador del Reino Unido a una nueva investigación, que se llevará a cabo de acuerdo con los procesos habituales y cuya fecha límite legal para tomar una decisión será el 18 de octubre de 2023.
«Como ha dicho la CMA del Reino Unido, no hay luz verde, pero revisarán nuestra propuesta. Y tengo la esperanza de que a mediados de octubre podamos hacerlo», apunta el presidente de Microsoft, para quien ahora «hay que dejar que los reguladores hablen por sí mismos».
«Desde mi punto de vista, lo que realmente hemos intentado hacer es tomar en serio estas preocupaciones. No hemos intentado descartarlas. No hemos intentado restarles importancia. Hemos trabajado para abordarlas y, al abordarlas, hemos elaborado una transacción que promoverá la competencia y al mismo tiempo eliminará las preocupaciones que algunas personas tenían», ha defendido.
Según el acuerdo reestructurado propuesto la semana pasada, Microsoft ya no adquirirá los derechos en la nube para los juegos existentes de Activision para PC y consola, ni para los nuevos juegos lanzados por Activision durante los próximos 15 años (esto excluye el Espacio Económico Europeo).
En cambio, estos derechos se venderán a la compañía francesa Ubisoft Entertainment antes de la adquisición de Activision por parte de Microsoft.
De este modo, Ubisoft podrá licenciar el contenido de Activision bajo diferentes modelos comerciales, incluidos los servicios de suscripción, además de proporcionar a la francesa la capacidad de exigir a Microsoft que ofrezca versiones de juegos en sistemas operativos distintos de Windows.
El pasado 19 de julio, Microsoft y Activision Blizzard acordaron extender hasta el próximo 18 de octubre la fecha límite para el cierre de la compra por parte del gigante de Redmond del estudio responsable de videojuegos como la saga ‘Call of Duty’.
La transacción, pactada en unos 69.000 millones de dólares en enero de 2022, tenía fijada inicialmente como fecha límite para su cierre el 18 de julio de 2023.