Milk, la banda que quiere hackear al reggaetón

Por Remitido

Con una media de edad de 30 y largos, Milk es una banda con una historia similar a tantas otras de su generación. Crecieron escuchando rock y metal cuando estos estilos reinaban hace 20/30 años, pero les ha tocado vivir en un mundo donde las tendencias se alejan cada vez más de un estilo que ha ido siendo desplazado a las periferias de la industria musical.

Lejos de resignarse, estos viejóvenes, como se autodenominan, lanzaron una ofensiva para tratar de recuperar espacio para el estilo que practican utilizando una técnica tan antigua como eficiente: la del caballo de Troya.

En resumidas cuentas, utilizan la imagen y característica sonoras de la música de moda, pero sin perder las señas de identidad que caracterizan a su banda, en un atrevido intento de hackear al reggaeton a su favor. Para ello, no solo se han camuflado, también se sirven de las herramientas más utilizadas por las nuevas generaciones, los vídeos en las redes sociales.

Con una campaña en redes sociales que ya acumula miles de visitas, la banda utiliza el humor y la ironía para hacer llegar su mensaje de una forma entretenida con vídeos cortos que simulan el clásico formato de los anuncios de teletienda que inundaban la televisión hace años en los horarios de poca audiencia. Irónicamente, esa es precisamente su situación, la de tener que hacer llegar su mensaje al gran público con poca inversión, tirando solo de creatividad.

Es posible que ese formato no sea muy familiar para los más jóvenes, pero al menos intentan con ello llegar a la gente de su propia generación, y de paso, si hay suerte, ganar algún adepto de las nuevas.

Lo siguiente será el vídeoclip que saldrá a principios de junio, en el que profundizan aún más en la estética urbana y en su concepto de reggaeton apocalíptico para seguir conquistando nuevos oídos.

Es una batalla perdida, asume la banda, pero mientras les queden algo de fuerzas no piensan dejar que su música y su estilo de vida caiga en el olvido tan facilmente, al menos no sin luchar, aunque para ello tengan que hacer alguna trampita por el camino, al final, como ellos dicen, pase lo que pase «¡estamos ready pa la extinción!».