Ucrania ha alcanzado un acuerdo preliminar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para recibir en junio un paquete de ayuda valorado en 900 millones de dólares (839,5 millones de euros), según ha revelado la entidad multilateral este lunes.
Este desembolso, que aún debe ser ratificado por la dirección del FMI y se enmarca en un programa de ayudas por 15.600 millones de dólares (14.551 millones de euros), ya se ha preautorizado tras comprometerse Kiev a mejorar el proceso de recaudación de impuestos y la gobernanza, así como a luchar contra la corrupción.
Igualmente, Ucrania adoptará una tasa de cambio de divisas «más flexible», reducirá los controles sobre monedas extranjeras y reforzará la supervisión bancaria.
«La economía de Ucrania ha mostrado una notable resiliencia, al tiempo que los últimos datos económicos apuntan a recuperación gradual en 2023, si bien el panorama continúa siendo altamente incierto», ha señalado el FMI.
Además, el organismo ha destacado que el país ha conservado la «estabilidad macroeconómica y financiera» gracias a un «apoyo externo oportuno y continuado». Del lado negativo, ha alertado del creciente déficit público.
En cuanto a las previsiones de futuro, el FMI ha revisado al alza su previsión de crecimiento económico del país para situarlo en la horquilla entre el 1% y e 3% para este año. Anteriormente, la institución que preside Christine Lagarde auguraba una contracción del PIB de hasta el 3%.
PAQUETE DE AYUDA
El FMI aprobó a finales de marzo una línea de financiación para Ucrania de 15.600 millones de dólares (14.551 millones de euros) como parte de un paquete más amplio de ayuda internacional de 115.000 millones de dólares (107.268 millones de euros) creado en respuesta a la invasión rusa.
El objetivo del aquel programa, con una duración de 48 meses, es «mantener la estabilidad financiera y económica en tiempos de excepcional incertidumbre», así como contribuir a la sostenibilidad de la deuda ucraniana. Este plan recibió el respaldo del G7, la Unión Europea y otros donantes para garantizar la viabilidad del Estado ucraniano a medio plazo.
En la primera parte del programa, previsto para este 2023 y 2024, el enfoque estará en «implementar un presupuesto robusto e incrementar los ingresos», controlar la inflación y la tasa de cambio de divisas, y contribuir a la buena salud financiera a largo plazo mediante un análisis más profundo de las entidades bancarias y asegurando la independencia del banco central.
En cuanto a la segunda fase, esta se centrará más en reformas estructurales para la estabilidad macroeconómica, la reconstrucción postbélica y en reforzar las perspectivas de crecimiento a largo plazo. Estos objetivos deberán alinease con los hitos exigidos para la adhesión de Ucrania a la Unión Europea.
«La invasión rusa de Ucrania continúa teniendo un impacto social y económico devastador. La actividad se contrajo enormemente el año pasado, y una gran parte del capital del país ha sido destruido y la pobreza está al alza», lamentó entonces la primera subdirectora gerente del Fondo Monetario Internacional, Gita Gopinath.
«No obstante, las autoridades han tenido éxito, en general, al salvaguardar la estabilidad financiera y macroeconómica gracias al buen diseño de las políticas implementadas y al importante apoyo externo», añadió.