El jamón ibérico es un icono internacional de la gastronomía española y la marca Enrique Tomás es una garantía de alta calidad sin igual. En su centenar de tiendas distribuidas por Europa y América, desde donde están tratando de poner el jamón ibérico en el lugar que le corresponde en el mundo, los consumidores pueden comprobar que Enrique Tomás es, sobre todo, un sello de distinción. Por lo que, sea cual sea la opción a consumir, la calidad-precio es excelente.
En su catálogo de productos está toda la gama de ibéricos y otros productos gastronómicos selectos, pero destaca, como no puede ser de otra manera, el jamón. En el producto por excelencia se encuentran diferentes categorías fácilmente entendibles por los consumidores, gracias a que están clasificados con un sistema de estrellas. Están disponibles los jamones y paletas 5 estrellas premium (100 % ibérico de bellota), 5 estrellas (50 % ibérico de bellota), 4 estrellas premium (50 % ibérico de cebo de campo), 4 estrellas (50 % ibérico de cebo), o 3 estrellas (jamones y paletas Gran Reserva). Las categorías más apreciadas pueden necesitar hasta 5 años en el proceso de elaboración en el caso de los jamones o 3 en el de las paletas. Un largo «cocinado» que necesita un equipo experto que cuida y vigila cada detalle.
Una delicia de la gastronomía española
El jamón ibérico de bellota que comercializan las tiendas de Enrique Tomás destaca como una referencia culinaria deliciosa. Más allá del jamón Gran Reserva (3 estrellas), que también se somete al proceso de calidad de los expertos y que es un gran producto, pero con unos matices aromáticos más sencillos, los 5 estrellas (ibérico de bellota 50 % y 100 %) pasan por un tratamiento minucioso y especial, con altos estándares de calidad, convirtiendo el resultado final en algo absolutamente único en el mundo.
El ibérico es oriundo de la zona de la dehesa (ecosistema boscoso situado al suroeste de la península) y proviene del cerdo ibérico, que se alimenta de bellotas, pastizales y algunas flores de esa región. Esto le confiere una jugosidad muy preciada para todos los paladares.
Después, el proceso de elaboración del jamón se convierte en una especie de cocinado «a fuego lento». Primero se cubre con sal, durante unos días según su peso. Sin embargo, es importante tener en cuenta que cada productor o elaborador puede tener sus propios procesos y tiempos de salado… como cada cocinero, que tiene su receta. Después, una vez retirada la sal, el jamón pasa al proceso de secado y, por último, se cuelga un mínimo de 36 meses, para que alcance su punto perfecto de maduración. Cada paso de este proceso, junto con la cría del animal, va a tener su reflejo en el producto final: intensidad, punto de sal, curación… por lo que cada jamón es una pieza única, que ha sido tratada con un cuidado increíblemente detallado desde antes de nacer.
Además, el jamón 5 estrellas premium de Enrique Tomás, por su parte, guarda la particularidad de ser un jamón de bellota con genética procedente 100 % de cerdos ibéricos que se alimentan de bellotas y hierbas naturales. Definido como el producto de más alto estándar de la firma, se caracteriza por un gusto exquisito y por encarnar una auténtica experiencia de aromas.
Identidad propia y respeto por cada región productora
Los jamones que distribuye Enrique Tomás son elaborados con materias primas de calidad, procedentes de regiones destacadas en este campo. Estas zonas originarias son cuatro: Valle de los Pedroches (Córdoba), Extremadura, Guijuelo (Salamanca) y Jabugo (Huelva). Para ayudar al público a entender que cada región tiene unas condiciones de sabor diferentes, en Enrique Tomás se diferencian entre suave, sabroso, aromático e intenso, que se puede apreciar en los envoltorios de los productos 5 estrellas premium.
El control de calidad al que Enrique Tomás somete a estos jamones es lo que convierte a la marca en algo único. Un proceso que ejecuta un equipo de expertos que supervisa cada etapa del proceso de elaboración, desde la selección de los cerdos hasta el embalaje final. Todo un sistema que logra que Enrique Tomás sea una meta: el jamón que llega a ser Enrique Tomás es porque tiene unas condiciones muy concretas de excelencia.
Pero, además, este sistema no se aplica solo a los jamones 5 estrellas premium, sino que es una filosofía de empresa que aplica a todos los productos. De esta manera, al consultar su catálogo no es necesario renunciar a los más altos estándares, ya que con un presupuesto modesto se puede adquirir una buena pieza, paleta o loncheado. Además de ofrecer también otras opciones y combinaciones como packs ahorro, cajas de sabores mixtas con jamón y embutidos. E incluso presentaciones más elaboradas, atendiendo a detalles de mayor elegancia para convertir al jamón y a los productos ibéricos en el regalo perfecto, y quedar de maravilla. Porque, sea cual sea la opción de jamón, es casi una responsabilidad saber que, al consumir jamón Enrique Tomás, se está probando una obra de arte gastronómica.