El fabricante británico de microprocesadores Arm, propiedad del conglomerado japonés SoftBank, ha determinado que buscará una cotización «en exclusiva» en los Estados Unidos, aunque mantendrá su sede en Reino Unido, según ha indicado la multinacional.
«Después de contactos con el Gobierno británico y la FCA durante varios meses, SoftBank y Arm han determinado que buscar una cotización exclusiva de Arm en EE.UU. en 2023 es el mejor camino a seguir para la empresa y sus partes interesadas», ha señalado el consejero delegado del fabricante británico, René Haas.
A pesar de esta decisión, que representa un duro golpe para la Bolsa de Londres en su rol como ‘hub’ financiero internacional, el consejero delegado de Arm ha indicado que la compañía considerará «a su debido tiempo» una cotización posterior en el Reino Unido.
Asimismo, Haas ha destacado el anuncio por parte de Arm de nuevos planes para aumentar su presencia en el Reino Unido, incluyendo la apertura de un nuevo centro en Bristol y el crecimiento continuo de la plantilla de la empresa en el país.
«Arm también tiene la intención de mantener su sede, operaciones y propiedad intelectual material en el Reino Unido», ha señalado, añadiendo que el fabricante de microprocesadores «se enorgullece de su herencia británica».
«Continuaremos invirtiendo y desempeñando un papel importante en el ecosistema tecnológico británico», ha apostillado.
FUSIÓN FRUSTRADA CON NVIDIA.
Hace un año, SoftBank anunció su intención de sacar a Bolsa al fabricante británico de microprocesadores, después del fracaso de la venta de Arm a la estadounidense Nvidia por 40.000 millones de dólares (37.660 millones de euros) ante las presiones de los reguladores.
En diciembre de 2021, la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos presentó una demanda para bloquear la adquisición de Arm por Nvidia al considerar que el acuerdo planteado daría un excesivo poder de mercado a una de las compañías de chips más grandes del sector.
Con anterioridad, las autoridades del Reino Unido ya habían expresado su preocupación sobre la potencial fusión de estas empresas, lo que llevó al Gobierno británico a solicitar formalmente en noviembre de 2021 a la Autoridad de los Mercados y la Competencia (CMA, por sus siglas en inglés) que abriera una investigación en profundidad sobre las implicaciones para la seguridad nacional de la compra de Arm por parte de Nvidia.
A su vez, en octubre de 2021, la Comisión Europea anunció la apertura de una investigación en profundidad sobre la compra para aclarar si la operación dañaba la competencia en el espacio económico europeo al restringir el acceso de otros competidores a la tecnología de Arm.