Una evidencia
La nueva longevidad ha propiciado la aparición de una nueva generación: la llamada ‘silver’, a la que pertenecen los mayores de cincuenta y cinco años. Esta generación tiene unas características concretas: son personas activas, disponen de más tiempo, prefieren vivir en sus viviendas, en general tienen capacidad económica y, lo que es más importante, quieren seguir aprendiendo, compartiendo y sumando experiencias y conocimiento. Además, los mayores de cincuenta y cinco años realizan el 60 por ciento del consumo en España.
Según el II Barómetro del Consumidor Sénior de la Fundación Mapfre, uno de cada dos consumidores sénior mantiene su capacidad de ahorro mensual y forma una red de apoyo para sus círculos más cercanos.
Y otro dato importante, que también rompe algún mito, es que más del 60 por ciento de la población mayor de cincuenta y cinco años se conecta periódicamente a Internet y la mayoría utiliza el comercio electrónico.
Una realidad
Lo sorprendente es que, pese a este potencial, la atención de las marcas a este colectivo, salvo algunas excepciones, es muy reducida, y en la mayoría de los casos la pretendida nueva oferta se limita a un mero cambio del envoltorio actual por uno plateado.
Según distintos estudios los gastos en marketing y publicidad dedicados a este segmento de población no supera un escaso siete por ciento. Lo cual es incongruente con las previsiones de la Unión Europea, que señala que el 31,5 por ciento de la economía del continente dependerá del marketing dirigido a los sénior.
Una oportunidad
Aprovechar la oportunidad implica entender la nueva realidad y las necesidades de esta generación emergente. La oportunidad no se aprovechará realizando ajustes en los productos y servicios actuales, sino reinventando la propuesta de valor en ámbitos como la vivienda, la planificación financiera, la salud, el ocio, el bienestar, el desarrollo profesional, etcétera.
Sin lugar a duda, el potencial de las nuevas tecnologías incorpora posibilidades increíbles en algunos de estos sectores. La innovación abierta y la co-creación con los ‘silver’ se convierte en un elemento clave en esta nueva etapa, pues la mejor forma de acertar en la oferta es construirla directamente con sus destinatarios.
Algunas empresas ya están dando los primeros pasos, definiendo al turista ‘silver’ o creando espacios específicos para ellos.
El desarrollo de ecosistemas y súper apps están adquiriendo un protagonismo especial, al reunir en un solo lugar todo lo que el ‘silver’ necesita. Así, el cliente tiene la comodidad de acceder a los distintos servicios a través de una sola aplicación, por lo que se ahorra bajar distintas aplicaciones y obviamente distintas experiencias.
Ésta es la orientación de ‘Vida Silver’, la iniciativa que promuevo junto a Ifema. En el rediseño de la experiencia ‘silver’ la utilización inteligente de los datos se convierte en un factor diferencial, que permitirá por un lado personalizarles la oferta y, por otro, anticiparse a sus necesidades.
Aunque la ‘Silver Economy’ ha irrumpido con fuerza en los últimos años en España y se multiplican los foros y las noticias, todavía estamos más en el mundo de las palabras que de los hechos, y la visión de las marcas será decisiva para aprovechar este potencial “océano azul”.