La empresa estadounidense de circuitos integrados Intel registró en el conjunto de 2022 unos beneficios netos atribuidos de 8.014 millones de dólares (7.378 millones de euros), que suponen una caída del 56,2% respecto a las ganancias de 19.868 millones de dólares (18.292 millones de euros) de 2021.
En cuanto a los ingresos, alcanzaron 63.054 millones de dólares (58.051 millones de euros), lo que supone un retroceso del 20,2% comparados con la facturación de 79.024 millones de dólares (72.754 millones de euros) del año previo.
Además, solo en el cuarto trimestre del ejercicio, las pérdidas netas alcanzaron 664 millones de dólares (611 millones de euros), frente al saldo positivo de 4.623 millones de dólares (4.256 millones de euros) de un año antes, según ha informado la compañía.
Por su parte, los ingresos trimestrales fueron de 14.042 millones de dólares (12.928 millones de euros), lo que supone una caída del 31,5% comparada con la facturación de 20.528 millones de dólares (18.899 millones de euros) de 2021.
Intel ha achacado sus resultados a una «transformación estratégica» durante el cuarto trimestre. Sin embargo, en el conjunto anual, la multinacional vio reducirse en un 23% anual los ingresos de la división de computación para clientes, y en un 15% los de su centro de datos e inteligencia artificial. Ambas líneas de negocios representan el 80% del total de facturación de Intel.
En cuanto al primer trimestre de 2023, Intel ha adelantado que espera unos ingresos de entre 10.500 y 11.500 millones de dólares (9.667-10.588 millones de euros), una cifra inferior a la ya recogida durante el cuarto trimestre de 2022.