Las reformas inmobiliarias son proyectos que permiten restaurar, potenciar o rediseñar algún área de la vivienda, y son de mucha utilidad para mejorar la apariencia, valor y funcionalidad de la edificación. Sin embargo, hay varias limitaciones para llevarlas a cabo en una casa de alquiler, especialmente desde la normativa legal.
Existen ciertos trabajos en ese sentido que los inquilinos pueden realizar. Sin embargo, a la hora de reformar un piso de alquiler, especialmente, uno de larga duración, existen varias intervenciones que, por diversos factores, no se pueden hacer, como lo señalan los expertos inmobiliarios de EGM Grupo.
Los límites en las reformas para los inquilinos de una propiedad
La Ley de Arrendamientos Urbanos establece las limitaciones en las reformas que puede realizar un inquilino. En ella se indica que, sin el consentimiento escrito del propietario, el ocupante no puede llevar a cabo reformas que modifican la configuración de la propiedad, ni la de los accesorios y áreas compartidas que se alquilan con ella, como trasteros, mobiliario, espacios de garaje, etc. Además, la normativa prohíbe expresamente aquellas reformas que disminuyan la estabilidad estructural de la vivienda, o que atenten contra la seguridad de los habitantes.
Por otro lado, en un alquiler a largo plazo, se pueden hacer ciertas excepciones a estas restricciones cuando el inquilino o alguna persona que conviva permanentemente con él, tenga más de 70 años o sufra algún tipo de discapacidad. En estos casos, se pueden hacer las reformas necesarias para que estas personas tengan accesos adecuados en la propiedad, aunque esto modifique su configuración. Sin embargo, dichas reformas no deben afectar las áreas o servicios comunes en el edificio, ni tampoco pueden atentar contra su seguridad o estabilidad estructural.
Las consecuencias de una reforma inadecuada en un piso de alquiler
Cuando se llevan a cabo reformas por fuera de la normativa, el inquilino puede afrontar varias consecuencias adversas. Si la intervención afecta la estabilidad o seguridad de la edificación, el propietario puede exigir la restauración inmediata de la vivienda hacia su estado previo. Además, en caso de reformar el piso sin el consentimiento escrito del arrendador, existen tres posibles escenarios. El propietario puede dar por terminado el contrato de arrendamiento, exigir la reposición de la propiedad en las condiciones previas a la reforma, o bien, conservar la obra sin ningún tipo de condonación para el arrendatario.
Por estos motivos, contar con asesoría de expertos en el área es crucial a la hora de reformar un piso de alquiler a largo plazo. En ese sentido, EGM Grupo cuenta con un equipo multidisciplinar especializado en la ejecución de reformas, cuyos profesionales ofrecen a los inquilinos toda la asesoría que necesitan para llevar a cabo sus propuestas sin ningún inconveniente. Además, sus servicios ofrecen una cobertura integral para este tipo de proyectos, con un trabajo eficiente y de alta calidad en cada faceta de la obra correspondiente.