El Plan de Recuperación y saneamiento de cuentas públicas en España ha permitido mantener un sostenido crecimiento económico, mayor dinamismo en el empleo y estabilidad en las partidas del comercio exterior durante el 2022. No obstante, es inevitable que algunas situaciones exógenas como las guerras y la debacle crediticia internacional, afecten algunos movimientos internos, principalmente, la economía doméstica.
Por ello, los hogares se han visto en la obligación de replantear cómo ahorrar y en qué invertir sus ingresos para cubrir gastos y solventar dificultades inesperadas, más allá de las recomendaciones colectivas e intereses particulares de los bancos.
En este contexto, Iván González, asesor financiero personal, formador y divulgador, ayuda a familias, pymes y autónomos a realizar una planificación de su economía de manera correcta y eficaz, ya sea para propósitos a corto o mediano plazo como la adquisición de bienes o servicios, o para proyectos de muchos años como la jubilación. El ahorro adecuado cumple un papel fundamental dentro de la búsqueda de dichos objetivos.
De acuerdo con Iván González, un buen plan financiero se caracteriza por contar con una eficiente gestión de capital, acertada protección de patrimonio e ingresos y, especialmente, por una valiosa estrategia de ahorro. Ello debe partir del análisis profesional y profundo de diversas variables económicas, del entendimiento de las dinámicas del entorno e, inclusive, de la capacidad de entender el efecto de combinar el interés compuesto con el tiempo; es decir, prever situaciones que puedan afectar los bienes del asesorado.
En síntesis, la planificación financiera permite que el trabajador desarrolle hábitos de ahorro, a su vez se convierta en inversor y, finalmente, en comprador. No obstante, este proceso requiere de indagación e investigación por parte de un experto que se enfoque exactamente en lo que tiene, en lo que no posee y en la capacidad de endeudamiento del cliente.
En primer lugar, se analizan las condiciones personales, profesionales y económicas del usuario, para realizar un diagnóstico de su salud financiera. Es decir, el estudio de las necesidades, la capacidad de ahorro, los ingresos y los gastos fijos, variables e inesperados, para posteriormente, llevar a cabo la planeación inicial enfocada en objetivos.
Después, se proponen los productos de inversión que se adapten mejor a las aspiraciones del consultante, para tomar la decisión más acertada.
Finalmente, cada 4 o 6 meses se ejecutan reuniones de actualización, seguimiento de la cartera y se procede a examinar las nuevas oportunidades de crecimiento.
