La presidenta de la Asociación Española de Banca (AEB), Alejandra Kindelán, ha definido el acuerdo hipotecario alcanzado entre el Gobierno y el sector bancario para aliviar a deudores hipotecarios en dificultades como «equilibrado» y «preventivo», según la columna de opinión que se ha publicado recientemente en la Revista del Colegio de Registradores de España.
Para Kindelán, se trata de un acuerdo fruto del «intenso» diálogo entre la banca y el Ministerio de Asuntos Económicos y que ha cosechado en el Congreso un «amplio consenso» en un momento de «gran tensión política e institucional».
Igualmente, ha resaltado el «marcado carácter preventivo» del mismo, ya que a pesar de la abrupta subida de los tipos de interés, estos continúan en niveles «objetiva e históricamente bajos» y la morosidad no ha dado señales de repuntes significativos.
«Aun así, el sector ha considerado oportuno ofrecer una respuesta a los problemas de liquidez a los que puedan enfrentarse algunas familias ante la subida generalizada de los precios», sostiene la presidenta de la AEB.
Asimismo, ha defendido que el acuerdo es «equilibrado» y ha conseguido un «doble objetivo» como es el de aliviar a los deudores que puedan experimentar en los próximos meses problemas de liquidez sin afectar a los elementos esenciales del sistema hipotecario. Kindelán ha defendido que preservar el mercado inmobiliario es «clave» para permitir que los jóvenes españoles puedan seguir accediendo a la propiedad de sus viviendas «en condiciones de precio y financiación ventajosas».
En este sentido, ha señalado que la cartera hipotecaria es «la jora de la corona», ya que considera que se trata de un pilar de estabilidad socioeconómica y porque los títulos hipotecarios españoles «gozan de gran atractivo» en los mercados internacionales. «Incluso en las épocas más duras de la crisis financiera han permitido financiar a nuestra economía en cantidades que llegaron a los 600.000 millones de euros y que hoy rondan los 400.000 millones», ha añadido al respecto.
También hace mención a la cuestión de las provisiones. En concreto, Kindelán ha indicado que el acuerdo hipotecario establece un marco que permite que las modificaciones en los contratos se hagan por acuerdo entre las partes. Esta fórmula evitaría que los deudores entren en situación de morosidad y por tanto «modera, que no anula, las exigencias de provisiones que tendrían que hacer las entidades». «Permite que se mantenga el flujo de financiación sin producir efectos indeseados de exclusión financiera entre los elegibles», explica.
Por último, ha destacado el compromiso de la banca con la economía española y con la financiación a los clientes, que son «el centro» de las prioridades del sector.