El horizonte de los operadores de telecomunicaciones

Por Redacción

Los operadores de telecomunicaciones afrontan un año 2023 que estará marcado por dos focos de interés que provienen de 2022: el desenlace de la fusión de Orange y MásMóvil y el efecto y la evolución de las subidas de precios por las empresas del sector.

En el caso del primer punto, se espera que los dos operadores trasladen a Bruselas en el primer trimestre del año la notificación formal de la operación, que creará una empresa valorada en casi 20.000 millones de euros y líder en número de clientes en España, si bien Telefónica mantendrá el liderazgo en ingresos.

Este operador tendrá cuotas de mercado por encima del 40%, lo que le convertirá en la empresa de referencia del sector y aliviará las obligaciones regulatorias sobre Telefónica. Asimismo, constituirá una empresa que tendrá músculo inversor tanto para el despliegue de nuevas redes de fibra óptica y el 5G.

Para ello, deberá primero culminar el proceso de aprobación en Bruselas y conseguir un paquete de ‘remedies’ –condiciones para aprobar la fusión–, cuya cantidad de activos a la venta no genere un nuevo operador capaz de competir con la ‘joint-venture’, Telefónica y Vodafone.

A este respecto, se posicionan como posibles compradores de estos activos Finetwork, Avatel y Digi. En el caso de los dos primeros, se encuentran en el mercado a la búsqueda de financiación para apuntar su crecimiento y, concretamente Avatel, consumar la adquisición del operador de fibra rural Lyntia Access.

Aparte de sus implicaciones en clave nacional, la resolución de la operación será un faro para el resto de operadores europeos, que llevan años reclamando una relajación de los criterios de competencia de la Comisión Europea a la hora de aprobar fusiones para aumentar su escala y equipararse a los grandes operadores de Estados Unidos y China.

Por ello, una resolución favorable a la ‘joint-venture’ de Orange y MásMóvil podría acelerar nuevas operaciones de consolidación en todo el sector.

SUBIDAS DE PRECIOS

En el plano orgánico, la subida de precios anunciada por Movistar y Vodafone marcará el comienzo de 2023, donde se verá si los consumidores ‘castigan’ a los operadores que acometen estos incrementos o sus tendencias comerciales permanecen inalteradas.

En el caso de la principal marca de Telefónica la subida será de un 6,8% de media en función del paquete adquirido, mientras que Vodafone registrará una subida del 6,5%, equivalente a cuatro euros en un paquete medio.

De momento, Digi, MásMóvil y Orange no han secundado las subidas de sus competidores, pero la persistencia del escenario inflacionista podría motivar nuevas revisiones de estrategia.

LA ‘CONTRIBUCIÓN JUSTA’ A DEBATE

En materia de asuntos públicos, los principales operadores afrontan un nuevo escenario, ya que, por primera vez, no abonarán la conocida como ‘Tasa RTVE’, que destinaba el 0,9% de sus ingresos a financiar la radiotelevisión pública.

Asimismo, la última subasta del 5G cierra la tasa de inversiones en adjudicaciones de espectro para el despliegue de la nueva tecnología.

Tras estos cambios, el principal frente de los operadores se situará más allá en Bruselas, donde además de la resolución de la operación de MásMóvil y Orange se espera que el Ejecutivo lance una consulta sobre la regulación de la conocida como ‘contribución justa’.

Esta es una demanda del sector de las telecomunicaciones, que reclama que las grandes tecnológicas que generan la mayor proporción del tráfico global paguen una tasa por ello para mantener las redes de telecomunicaciones.

Una medida a la que estas empresas ya han mostrado su oposición, al considerar que ya invierten suficiente en infraestructuras, con 883.000 millones de dólares (830.680 millones de euros) destinados a este fin en la última década, según un informe de Analysys Mason encargado por una de las asociaciones que las agrupa.