El próximo domingo 7 de marzo el FC Barcelona vivirá una de las jornadas llamadas a ser históricas, con las elecciones a la presidencia y a la Junta Directiva del club en un momento de pandemia, de crisis global en la entidad y con el futuro del Espai Barça y de Leo Messi en juego, y el deseo de Víctor Font, Toni Freixa y de Joan Laporta de hacer frente a esos retos.
Unas elecciones donde está en juego el futuro del FC Barcelona, inmerso en una gran deuda económica, con un presente gris a nivel deportivo en cuanto al primer equipo de fútbol y la gran duda de si el nuevo presidente convencerá a Leo Messi para seguir, y con la incertidumbre de si el club podrá seguir siendo de sus socios y socias.
Son 110.290 socios los que tienen derecho a voto y, de ellos, según varias encuestas, unos 35.000 todavía están indecisos, a falta de una semana para votar presencialmente. Además, un total de 22.811 socios y socias –el 20,7 por ciento– ya han votado anticipadamente por correo, hasta el viernes 26, en una novedad fruto de la pandemia de coronavirus.
Otra novedad es que esta jornada electoral, que tendrá lugar de 9.00 a 21.00 horas, contará con seis sedes de votación; Barcelona (Camp Nou y Palau Blaugrana), Girona, Lleida, Tarragona, Tortosa y Andorra.
Pendientes de pedir ese voto por correo, en esta última semana de campaña presidencial por excelencia, de pedir el voto presencial con hasta tres debates y con ojos puestos en todas esas sedes estarán los tres candidatos, de los nueve iniciales, que pasaron el corte de las 2.257 firmas necesarias: Víctor Font, Toni Freixa y Joan Laporta.
Si Font o Freixa ganan las elecciones, se convertirán en el presidente número 41 de la historia del club. Si gana Laporta, que ya fue presidente entre 2003 y 2010, viviría un segundo mandato. Gane quien gane, deberá hacer frente a una serie de retos y objetivos y, en común, tienen la misión de salvar a la entidad de la bancarrota o de convertirse en una SAD y dejar de ser del socio.
La deuda es grande; según la memoria económica del club, la deuda total asciende a 1.173 millones de euros, de los cuales 730 son a corto plazo y 266 millones se deben pagar antes del 30 de junio, incluidos los 90 que avanzó el fondo Goldman Sachs por el ‘Espai Barça’.
Sin duda, el proyecto de remodelación del nuevo Camp Nou, Palau Blaugrana y aledaños es uno de los aspectos clave para el presente y futuro del club. El ‘Espai Barça’ conllevará una gran inversión, de 815 millones según la última actualización hecha por la anterior Junta Directiva. Y, en un momento en que se deben recortar costes y gastos, también en plantilla deportiva, se antoja complicado.
La parte económica y la deportiva deberán ir de la mano, pues se prevén pérdidas amplias para esta campaña 2020/21. Hay que reducir el sueldo de los jugadores, pero sin perder fuelle ni calidad y con la necesidad de reforzar un equipo de fútbol que no gana la ‘Champions’ desde 2015 y que pierde poderío también en las competiciones nacionales. Y, sobre todo, está Leo Messi.
El argentino, el ‘D10S’ y referente del Barça en los últimos tiempos, termina contrato este verano; hace un año, quiso salir pero se quedó, ante la negativa de Bartomeu de dejarle marchar, para no ir a juicio contra ‘su’ club. Parece que, ahora, escuchará al nuevo presidente, que deberá seducirle a todos los niveles para retenerle.
Desde enero, Messi puede negociar con libertad con otro club. Sólo el argentino y su entorno saben si están esperando al nuevo presidente, como comentó en su última entrevista, o no. Y es que el nuevo dirigente llega tarde, con el mercado de invierno cerrado y la temporada encarando ya su tramo final.
¿Por qué? Por una combinación de hechos. La pandemia ha ido retrasando la fecha electoral, pero la Comisión Gestora y su presidente, Carlos Tusquets, optaron de inicio, pese a prometer que las elecciones serían «as soon as possible» (lo antes posible), por no tener prisa para poner fecha, en base a buscar la seguridad del socio.
Unos ‘tempos’ que no han sido rápidos en ningún momento. Cabe recordar que estas elecciones llegan por la dimisión en bloque de la anterior Junta Directiva, el 27 de octubre de 2020, provocada, a su vez, por una moción de censura que contó con 19.532 firmas válidas (eran necesarias 16.521) pero que no se llegó a votar por la dimisión anticipada de Josep Maria Bartomeu y sus directivos.
Más de cuatro meses más tarde de la dimisión de la anterior Junta Directiva, a partir del 8 de marzo habrá un nuevo presidente y un nuevo órgano de gobierno para tomar dichas decisiones. Con urgencias deportivas y económicas, pero un nuevo horizonte por delante con nuevas oportunidades de negocio y ese ‘Espai Barça’ por construir. Y, sobre todo, llamar y convencer a Leo Messi.