Con la alta competitividad que hay en el mercado vitivinícola, es necesario agudizar el ingenio y utilizar sistemas que mejoren tanto la calidad como la cantidad de la uva. En ese sentido, una tecnología avanzada es la mayor aliada para las bodegas españolas.
En este caso, se trata de una tecnología que se ha ido desarrollando con el transcurso de los tiempos y, actualmente, está presente en todas las bodegas de Francia, la torre antihelada.
El clima es uno de los principales amigos y/o enemigos de los cultivos. ¿Qué pasa cuando el clima se convierte en enemigo? La uva y su proceso de maduración son determinantes para que después se pueda disfrutar de los vinos preferidos. Las heladas afectan tanto a la calidad como a la calidad de uva, al no tener hojas, las radiaciones solares afectan directamente en el racimo.
Antonio es enólogo y director técnico en una de las principales bodegas que existen en España, su dedicación al cuidado de las vides es pura magia durante todo el año. Hoy, contará cómo ha conseguido que la calidad de sus uvas sea exquisita y han conseguido tener su propia denominación de origen.
“Durante un largo tiempo, nuestra vida estuvo expuesta a muchos cambios climatológicos. Año tras año, sufríamos heladas, las cuales nos llevaban a pérdidas millonarias, estuvimos a punto de cerrar la plantación y, con ello, no poder seguir haciendo lo que tanto nos gusta: crear experiencias a nuestros clientes a través de la textura y el sabor de nuestros vinos.”
¿Cómo han conseguido que estos episodios no se vuelvan a repetir?
“Muy sencillo, un método que lleva muchos años protegiendo la mayoría de las explotaciones vitícolas de Francia, por no decir todas: las torres antihelada, un sistema que protege 7,2 hectáreas y utiliza la inversión térmica”.
¿Cuántas torres antihelada tienen?
“Actualmente, tenemos 11 torres antihelada que protegen 80 hectáreas y este año queremos introducir 10 más para que la explotación esté al 100 % protegida”.
¿Cuál es el fabricante de las torres que tienen instaladas?
“Es una marca francesa denominada EOLE, fabricada y distribuida por Grupo SPAG”.
¿Por qué escogisteis esa marca?
“Por una sencilla razón y es que, hace años, cuando estábamos pensando en métodos que pudiesen proteger nuestra explotación, visitamos muchísimas bodegas, de las más famosas en Francia y todas ellas nos dijeron que las torres antihelada EOLE eran la mejor solución para nuestros problemas, su servicio técnico era inmejorable, además de las diferentes características que tenían en cuanto a los diferentes motores y su aplicación móvil para monitorizar y ver el estado de cada una de ellas”.
¿Hicisteis una inversión muy elevada?
“Claro, al final hay que hacer inversión en tecnología, pero te digo que, actualmente… aunque haya sido una inversión inicial en las dos primeras heladas, hemos conseguido amortizar aquella inversión”.
¿Qué le dirías a otros productores en referente a esta tecnología?
“Animaría a todo aquel que tenga problemas con las heladas a invertir en esto. Al final, es una solución real a una problemática que sufrimos todos cada año. Es asegurarte una protección frente a la incertidumbre meteorológica y más con tanto cambio climatológico”.
Lo principal para que un cultivo sea efectivo es que la climatología lo acompañe y como no se puede saber a ciencia exacta cómo va a venir el tiempo, lo mejor es recurrir a sistemas de protección frente a estos fenómenos, en este caso las torres antihelada.