La Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) ha planteado una reforma de la normativa que se aplica a los fondos de inversión abiertos que les obligaría a tener el 10% de su cartera en activos muy líquidos para afrontar posibles salidas de capitales en momentos de estrés en los mercados.
Los fondos de inversión abiertos son aquellos en los que los inversores pueden entrar o salir de forma diaria. Esta libertad puede provocar problemas de liquidez y afectar tanto a los inversores que se mantienen como a los mercados de capitales o la economía general, ha explicado el presidente de la SEC, Gary Gensler.
Actualmente, los fondos de inversión abiertos que no sean fondos del mercado monetario o fondos cotizados deben clasificar sus inversiones en cuatro categorías de liquidez. La propuesta de la SEC supone modificar este sistema incluyendo «estándares mínimos» para considerar una inversión dentro de cada categoría.
«Estos cambios están diseñados para ayudar a preparar mejor a los fondos para las condiciones de estrés y para prevenir que sobreestimen la liquidez de sus inversiones», ha indicado la SEC en un comunicado.
Por otro lado, el regulador financiero también ha propuesto dos modificaciones respecto a la fijación de precios. Por un lado, ha apostado por usar una herramienta de liquidez denominada ‘swing princing’, por la cual los costes de las entradas o salidas de capital se adjudicarán a los inversores que participen en dichas actividades, en lugar de repartirse entre el conjunto de los accionistas, lo que diluye la inversión de los inversores que permanecen en el fondo.
Por otro lado, las órdenes de venta o compra de los inversores en un fondo tendrán que ser recibidas por el fondo, un agente de transferencias o una agencia de compensación en el momento en el que se fije el precio diario para recibir el precio de ese día por esa orden. La SEC confía en que este sistema evite operativas tardías y ayude a mejorar el procesamiento de órdenes.