Las más importantes firmas discográficas en Estados Unidos, artistas, líderes de la industria y expertos legales se unieron en un llamamiento para proteger el «arte negro», publicando una carta abierta en The New York Times y en el prestigioso The Atlanta Journal-Constitution instando a los legisladores de todo el país a limitar cómo se puede usar la expresión creativa contra los acusados en juicio.
En concreto, según un comunicado de prensa, se pide el fin de la práctica racialmente discriminatoria de tratar las letras de música rap como confesiones.
La larga lista de firmantes incluye a compañías como Warner Music Group, Sony Music Group, Universal Music, BMG, Kobalt y LVRN and Quality Control con sede en Atlanta, así como nombres muy respetados en el sector de la organización de eventos como AEG Presents, Audiomack, Deezer, Live Nation Entertainment, y la cadena de radio digital Sirius XM.
Por si fuera poco con estas empresas, las plataformas digitales tampoco han querido quedarse fuera de este llamamiento, y Sound Cloud, Spotify, TIDAL, TikTok y Youtube Music rápidamente se subían al carro.
Organizaciones como la Asociación Estadounidense de Música Independiente, la Unión Estadounidense por las Libertades Civiles, la Alianza por los Derechos de los Artistas, la Coalición de Acción por la Música Negra, la Mesa Redonda de Mujeres Negras, Color of Change, la Fundación para los Derechos y la Expresión Individuales, el Centro de la NYU sobre Raza, People For the American Way, PEN America, Rap Coalition, Recording Academy, Recording Industry Association of America, Songwriters of North America, Fondo de Justicia Social Global de Sony Music Group han también firmado la carta.
Esta es una auténtica cruzada de todos los protagonistas de la industria musical americana que se suman a este apoyo y solicitud formal al congreso para legislar a favor de la libertad de expresión de estos artistas negros y latinos, y que los contenidos de sus canciones no sean utilizados como elementos violentos ante un juicio.
Desde hace algo más de tres décadas el rap y sus variantes caribeñas y norteñas (zona fronteriza entre México y Estados Unidos), vienen escupiendo unas letras sexistas y en ocasiones extremadamente violentas, que han alertado a amplios sectores de la sociedad americana.
En los ochenta, la cruzada gubernamental más sobada fue contra el heavy metal. Tipper Gore, esposa del senador Al Gore, era quien se postulaba como la defensora de los valores y principios morales con la organización PMRC a sus espaldas.
Sin embargo, esta activista no podría nunca imaginarse que al final de esta partida, otro género musical que se gestaba en las entrañas de la sociedad americana más ingenua, sería aún mucho más agresivo que el rock en una carrera por la contracultura.
Hoy y siempre, la libertad de expresión es esencial para el proceso creativo y el papel del arte en la sociedad. La dura realidad es que la creatividad artística negra se siente amenazada ante un futuro que ellos mismo pronostican oscuro.
Los más críticos desconfían de tal requerimiento jurídico alegando que si se ha llegado hasta aquí es porque el rap como género musical ha tenido la libertad suficiente de escribir, cantar y grabar lo que ha querido.
El comunicado de prensa señala además que los legisladores a nivel estatal y federal ya están tomando medidas y cita al gobernador Newsom, quien recientemente promulgó un proyecto de ley en California, con proyectos de ley actualmente bajo consideración en Nueva York y Nueva Jersey, así como el Ley RAP (Restauración de la Protección Artística) presentada por el Representante Hank Johnson y el Representante Jamaal Bowman en el Congreso de los Estados Unidos.
El movimiento #ProtectBlackArt comenzó a principios de este año lanzando una petición por las redes sociales que hoy cuenta con casi 65.000 firmas.