Las consecuencias económicas, sociales y sanitarias por la crisis de la COVID-19, la guerra entre Rusia e Ucrania, la crisis de suministros, la hiper conectividad, los nuevos modelos de trabajo o la sostenibilidad son algunos de los grandes retos a los que nos estamos enfrentando las organizaciones y empresas españolas en el primer semestre del 2022.
Cada organización es única y afronta de una manera única estas situaciones, ahora bien, lejos de verlas como amenazas, debemos ser capaces de ver en ellas una oportunidad para mejorar y aprender de las experiencias de otras organizaciones, para transformarnos, para innovar y reinventar nuestro modelo de negocio.
Por ello, ahora, más que nunca, tiene más sentido hablar de Excelencia Empresarial. Es un objetivo a alcanzar a largo plazo por todo tipo de organizaciones, un hábito que debe formar parte de la cultura organizacional. Para su consecución, las empresas deben alcanzar un alto grado de eficiencia en su gestión, lo que exige adquirir los conocimientos y habilidades necesarios e involucrar a todos los integrantes del equipo humano que conforma la compañía.
Pero ¿qué entendemos por Excelencia Empresarial? Se ha escrito mucho al respecto, si bien hay un consenso común que la define como un conjunto de actuaciones sobresalientes en la gestión de una organización y el logro de resultados, sobresalientes y sostenibles en el tiempo, basados en conceptos fundamentales y en la mejora continua.
Por tanto, tiene por objetivo incrementar la eficacia y eficiencia de nuestra organización a todos los niveles, prestando especial atención a aspectos críticos que afianzan su sostenibilidad a lo largo del tiempo, como puede ser la cultura organizacional, su propósito, visión y valores, el liderazgo, análisis del ecosistema, la orientación los principales grupos de interés, la implicación de las personas, el establecimiento de alianzas o la responsabilidad social.
Supone un conocimiento profundo de la compañía, su estructura, procesos y otros factores esenciales. Todos ellos deben optimizarse para alcanzar una efectividad lo más elevada posible, a todos los niveles y, de ese modo, incrementar los resultados empresariales. Una empresa excelente genera beneficio para sus clientes, colaboradores, proveedores y la sociedad en general.
Si bien la Excelencia es una condición necesaria que garantiza el éxito de cualquier organización, podemos afirmar que hoy en día ya no es suficiente. Debemos anticiparnos al futuro, a las necesidades de los agentes que forman parte de nuestros ecosistema, debemos transformarnos ágil y rápidamente, apoyándonos en la excelencia, pero también en la innovación y la sostenibilidad.
Desde el Club Excelencia en Gestión apostamos firmemente en ello, siendo nuestro propósito “Crear una sociedad con confianza en el futuro, impulsando organizaciones con una gestión excelente, innovadora y sostenible”. En torno al mismo hemos desarrollado una completa propuesta de valor que tiene por objeto ayudar y guiar a las organizaciones en su transformación.
Pero la gestión excelente, innovadora y sostenible ¿puede ser medible? La respuesta es sí, y entre las herramientas existentes para realizar un buen ejercicio de diagnóstico están el Modelo EFQM y su plataforma de autoevaluación. Se trata de un marco de gestión utilizado por más de 50.000 organizaciones en todo el mundo, que permite abordar la transformación desde el punto de vista de la gestión para alcanzar el éxito y mejorar significativamente el rendimiento de la organización.
Este Modelo EFQM se estructura en tres grandes bloques que tratan de dar respuesta a las siguientes cuestiones:
- DIRECCIÓN: ¿Por qué existe la organización? ¿Qué propósito cumple? ¿Por qué esta estrategia concreta?
- EJECUCIÓN: ¿Cómo tiene la intención de cumplir con su propósito y estrategia?
- RESULTADO: ¿Qué ha logrado hasta ahora? ¿Qué quiere lograr en el futuro?
En torno a estos tres bloques, el Modelo EFQM articula siete criterios y su hilo conductor fundamental muestra la lógica conexión entre el propósito y la estrategia de una organización y cómo ésta es utilizada para ayudar en la creación de valor sostenible para sus grupos de interés clave.
Ayuda a contemplar a la organización en su conjunto, adoptar una perspectiva holística o global y apreciar que es un sistema complejo pero que, a la vez, es un sistema organizado. También a medir para saber si estamos eligiendo el mejor camino para crear valor sostenible, identificando y comprendiendo los gaps para encontrar soluciones optimizar el rendimiento.
Además es una vía de reconocimiento, ya que es posible evaluarse para optar a un Sello EFQM, una certificación internacional que ofrece una visión integral de la gestión de la organización, y que la ayuda a potenciar sus puntos fuertes y a aprovechar las oportunidades de mejora. En definitiva, es una buena herramienta, apta para organizaciones de cualquier tamaño, para medir dónde estás en cada momento y ser la palanca para acelerar la transformación.