La violencia de género o el ciberacoso a través de medios digitales es un problema que puede afectar a mujeres de todas las edades, pero que, sobre todo, involucra a las que son menores de edad. No obstante, también se registran casos de niños que son víctimas de este tipo de violencia, ya que es una práctica que va más allá del género. En el caso del ciberacoso a los menores de edad, se establece la problemática de que el menor, en la mayoría de los casos, no es consciente de que está siendo víctima de ello. Son especialmente vulnerables a los mensajes a través de las redes sociales, donde se normalizan comportamientos de control y acoso como signos de amor. Internet se ha convertido en el mayor elemento de control para el maltratador.
En estos casos, un perito informático experto en violencia de género digital es un apoyo imprescindible para poder certificar las pruebas mediante distintos estudios forenses. De esta manera, es posible contar con los elementos necesarios para poner en marcha una denuncia ante los cuerpos de seguridad del estado.
Las pruebas con validez son aquellas peritadas por profesionales
La mejor manera de proceder ante un caso de ciberacoso es no borrar mensajes ni ningún tipo de información de los dispositivos en los que se recibieron. A continuación, es necesario ponerse en contacto con un perito informático para preservar y validar las pruebas que se quieran presentar en el juicio con la mayor premura posible.
Los menores, por lo general, pueden asustarse o sentirse culpables. Estos sentimientos pueden llevarlos a borrar las pruebas. Por este motivo, es importante hacerles entender que ellos son la víctima, que no han hecho nada malo y que es posible ayudarlos para solucionar el problema. En este sentido, solo tienen validez ante los juzgados las evidencias certificadas de la forma correcta por profesionales autorizados.
Para que una prueba tenga validez judicial, deben ser certificadas por profesionales, no es válido un simple pantallazo si no es certificado de la manera adecuada. Para ello, el perito informático deberá realizar la extracción de la información del dispositivo móvil o del ordenador, cumpliendo con la normativa vigente ISO/IEC 27042:2015 que proporciona orientación sobre el análisis y la interpretación de las evidencias digitales, de una manera que aborda cuestiones de continuidad, validez, reproducibilidad y repetibilidad.
Por tanto, el trabajo del perito informático será el de obtener, identificar, preservar y analizar las evidencias digitales. Además de elaborar el informe pericial donde se reflejarán todas las conclusiones de la investigación.
Lamentablemente, cada año aumentan los casos de ciberacoso y violencia de género digital, por lo que resulta importante instruir a las menores con estos conceptos. En esta línea, es vital que no se normalicen comportamientos habituales de los maltratadores, como el control a través de las redes sociales. En estos casos, la violencia se puede canalizar a través de aplicaciones como WhatsApp o redes sociales como Instagram o Facebook, entre otras posibilidades.
Ciberacoso a través del teléfono y aplicaciones espía
La violencia de género digital se manifiesta de múltiples formas. Entre los casos que han abordado los expertos de Globátika Lab hay ejemplos de acoso telefónico con número oculto. En este sentido, esta empresa dispone de la tecnología necesaria para identificar un número telefónico del que se están recibiendo amenazas o llamadas violentas. A través del trabajo de un perito informático también es posible certificar las conversaciones y elaborar un informe con validez judicial.
En un caso reciente, los profesionales de este gabinete recibieron la llamada de una joven que tenía claras sospechas sobre que estaba siendo espiada y controlada mediante el teléfono móvil. Estas sospechas son cada vez más habituales en casos de ciberacoso. Este tipo de situaciones suelen producir ansiedad, inseguridad, agobio y obsesión por encontrar la forma en la que terceras personas acceden a las conversaciones y datos privados.
En el caso de la joven, los profesionales de GlobátiKa Lab detectaron que el teléfono móvil había sufrido la instalación de una aplicación espía en su móvil, con la que el acosador podía conocer la ubicación geográfica de su víctima en todo momento, así como acceder a sus chats de WhatsApp y galería de imágenes del dispositivo móvil.
Este hecho, después de la pericia correspondiente, también pasó a integrar la denuncia que se presentó ante los cuerpos de seguridad del estado.
El ciberacoso y la violencia de género digital son delitos penados por la ley. Gracias al trabajo de peritos informáticos como los que integran el gabinete de Globátika Lab es posible producir las pruebas necesarias para presentar una denuncia y acabar con este problema.