El sindicato de músicos británicos (BMU), ha alertado del alto costo para la tramitación de visas de viaje y trabajo no sólo para los grupos o solistas del Reino Unido con giras en Europa, si no también para cualquier artista europeo con posibilidades de trabajo en sus festivales y recintos de música en directo. Desde el punto de vista financiero, únicamente los grandes nombres de la industria musical podrían cubrir tales costos, dejando así, sin ninguna posibilidad a artistas con menos recursos de presentar su propuesta a ambos lados del canal de La Mancha, o The English Channel (para los británicos).
En este momento, un desorientado brexit, deja a un músico británico con la obligación de pagar alrededor de 1300€ en documentos y gestiones para entrar en cada estado de la Unión Europea con la intención de tocar en directo. Habría que sumar a esto, la tasa de entrada en Francia por el Eurotúnel de aproximadamente 450€ por cada camión, furgoneta, o autobús con equipos de música e iluminación. Entre ese 48% de británicos que votaron no al Brexit, y la aplastante mayoría de europeos que ven al Reino Unido en situación de “locura colectiva”, la mayoría de los músicos en Gales, Irlanda del Norte, Inglaterra y Escocia, lo ven más como el final de una forma de vida.
En el recuerdo colectivo quedan las imágenes de los Beatles en Hamburgo afinando su estilo antes de irrumpir de forma aplastante en el resto del mundo. Led Zeppelin, Rod Stewart, Pink Floyd, Black Sabbath, Bee Gees, Tom Jones, y así hasta cientos y cientos de artistas que eligieron España, Alemania, Suecia o Finlandia en su momento como terreno de entrenamiento, verían en este 2021 imposible el valorar esta posibilidad para impulsar sus carreras.
“La situación actual es sencillamente ridícula”, en palabras de un exaltado Elton John la semana pasada al periódico The Guardian, dejando un grito de reproche a la mala gestión del gobierno en este sentido. La industria musical británica tiene un valor anual de 5,8 billones de libras y representa uno de los valores de mayor exportación en nuestra sociedad como para ser maltratado. La ministra de cultura Caroline Dinenage tiene ya sobre su mesa la petición pública firmada por 280.000 personas para otorgar una “visa de libre entrada” al continente para profesionales del sector musical.