La gestora de fondos BlackRock cerró el segundo trimestre del año con un beneficio neto atribuido de 1.077 millones de dólares (1.075 millones de euros), lo que equivale a un retroceso del 21,8% en comparación con el mismo periodo de 2021, según ha informado este viernes la compañía.
Al cierre del segundo trimestre, los activos bajo gestión de BlackRock ascendían a 8,48 billones de dólares (8,46 billones de euros), una cifra que supone un retroceso del 11,3% respecto de los 9,56 billones de dólares (9,54 billones de euros) del primer trimestre.
Entre abril y junio, la entidad contabilizó entradas netas por importe de 89.573 millones de dólares (89.407 millones de euros), un 10,6% más que un año antes, a pesar de que sus fondos a largo plazo vieron caer sustancialmente las entradas netas a 69.000 millones de dólares (68.872 millones de euros), frente a los 182.000 millones de dólares (181.663 millones de euros) del segundo trimestre de 2021 y por debajo también de los 113.744 millones de dólares (113.533 millones de euros) en los tres primeros meses de 2022.
La cifra de negocio de BlackRock en el segundo trimestre de 2022 alcanzó los 4.526 millones de dólares (4.517 millones de euros), un 6% menos que un año antes.
De este modo, en el primer semestre del año el beneficio neto atribuido de BlackRock disminuyó un 2,5%, hasta 2.513 millones de dólares (2.508 millones de euros), mientras que la cifra de negocio de la gestora se mantuvo estable en 9.225 millones de dólares (9.208 millones de euros).
«La primera mitad de 2022 trajo un entorno de inversión que no habíamos visto en décadas», destacó Laurence D. Fink, presidente y consejero delegado de BlackRock, quien advirtió de que los inversores navegan simultáneamente entre una alta inflación, tipos de interés en aumento y el peor comienzo de año tanto para las acciones como para los bonos en medio siglo.